Guadalajara 2008/Día cuatro
Día 4. La situación mejoró, aunque sea porque la primera cinta que vimos estuvo instalada en el vil –pero muy disfrutable- desmadre. Como sigue.
Conozca la Cabeza de Juan Pérez (México, 2008), Emilio Portes. Esta cinta se ganó nuestra simpatía desde la secuencia de créditos, en la que se escucha la música con la que se acompañaba “Beto el Boticario”. El debut fílmico del editor vuelto cineasta Emilio Portes es puro relajo, sí, pero éste funciona las más de las veces. No tiene más pretensión que divertir y lo logra en la mayoría de las ocasiones. No quiere hacer cine de arte sino entretener y, por mi parte, después de haber visto las fallidas pretensiones de buena parte del resto de la competencia nacional, no podría estar más agradecido por ello. El filme está narrado por la cabeza del Juan Pérez del título (Silverio Palacios), quien nos narra cómo termino despegada del tronco. Dispareja, pero populacheramente divertida.
Más Allá de Mí (México, 2008), de Jesús-Mario Lozano. La opera prima de Lozano, Así (2005), fue muy alabada por un sector de la crítica nacional –yo no la he visto, aclaro- así que ésta era una de las películas que esperaba que me gustaran. Sí y no: es decir, Lozano es un cineasta interesante –buen manejo de todos sus actores juveniles, impecable manejo de la cámara con largas tomas de hasta 5 minutos de duración- pero en esta, su segunda película, la historia hace aguas por varias partes y su final es abrupto, decepcionante. La trama gira en torno a tres amigos (una mujer, dos hombres, uno de ellos gay) que reciben a una atractiva pareja en su departamento citadino. La parejita de marras romperá el equilibrio existente entre el trío de camaradas.
La Frontera Infinita (México, 2007), de Juan Manuel Sepúlveda. El tema es más que pertinente: el medio millón de centroamericanos que cruzan México hacia los Estados Unidos. El problema es que la cinta es puro contexto, pura anécdota, puros testimonios. Por supuesto, esa gente sufre, esa gente sueña, esa gente no se da por vencida, por más que muchos terminen mutilados por el mismo tren que pretenden abordar en calidad de “trampas”. Lo malo es que no hay personaje discernible a quien seguir y el personaje colectivo –los cientos de miles de centroamericanos- es demasiado vago. Además, el sonido, por lo menos a la función de público a la que asistí, era pésimo.
Ana y los Otros (Argentina, 2003), de Celina Murga. Como el país invitado es Argentina, decidí dejar la competencia de lado y ver esta sencilla opera prima. La trama es mínima –una joven veintañera regresa a su ciudad natal, Paraná, desde Buenos Aires, después de varios años de ausencia, y decide buscar a un muchacho de quien estaba y está enamorada- pero Murga sostiene la narrativa sin mayor problema. Hay una impecable dirección de actores, los diálogos son dichos en el mejor estilo naturalista y todo el asunto se deja ver sin mayor dificultad. Ojalá pudiera decir lo mismo de todo el cine mexicano que he visto.
Conozca la Cabeza de Juan Pérez (México, 2008), Emilio Portes. Esta cinta se ganó nuestra simpatía desde la secuencia de créditos, en la que se escucha la música con la que se acompañaba “Beto el Boticario”. El debut fílmico del editor vuelto cineasta Emilio Portes es puro relajo, sí, pero éste funciona las más de las veces. No tiene más pretensión que divertir y lo logra en la mayoría de las ocasiones. No quiere hacer cine de arte sino entretener y, por mi parte, después de haber visto las fallidas pretensiones de buena parte del resto de la competencia nacional, no podría estar más agradecido por ello. El filme está narrado por la cabeza del Juan Pérez del título (Silverio Palacios), quien nos narra cómo termino despegada del tronco. Dispareja, pero populacheramente divertida.
Más Allá de Mí (México, 2008), de Jesús-Mario Lozano. La opera prima de Lozano, Así (2005), fue muy alabada por un sector de la crítica nacional –yo no la he visto, aclaro- así que ésta era una de las películas que esperaba que me gustaran. Sí y no: es decir, Lozano es un cineasta interesante –buen manejo de todos sus actores juveniles, impecable manejo de la cámara con largas tomas de hasta 5 minutos de duración- pero en esta, su segunda película, la historia hace aguas por varias partes y su final es abrupto, decepcionante. La trama gira en torno a tres amigos (una mujer, dos hombres, uno de ellos gay) que reciben a una atractiva pareja en su departamento citadino. La parejita de marras romperá el equilibrio existente entre el trío de camaradas.
La Frontera Infinita (México, 2007), de Juan Manuel Sepúlveda. El tema es más que pertinente: el medio millón de centroamericanos que cruzan México hacia los Estados Unidos. El problema es que la cinta es puro contexto, pura anécdota, puros testimonios. Por supuesto, esa gente sufre, esa gente sueña, esa gente no se da por vencida, por más que muchos terminen mutilados por el mismo tren que pretenden abordar en calidad de “trampas”. Lo malo es que no hay personaje discernible a quien seguir y el personaje colectivo –los cientos de miles de centroamericanos- es demasiado vago. Además, el sonido, por lo menos a la función de público a la que asistí, era pésimo.
Ana y los Otros (Argentina, 2003), de Celina Murga. Como el país invitado es Argentina, decidí dejar la competencia de lado y ver esta sencilla opera prima. La trama es mínima –una joven veintañera regresa a su ciudad natal, Paraná, desde Buenos Aires, después de varios años de ausencia, y decide buscar a un muchacho de quien estaba y está enamorada- pero Murga sostiene la narrativa sin mayor problema. Hay una impecable dirección de actores, los diálogos son dichos en el mejor estilo naturalista y todo el asunto se deja ver sin mayor dificultad. Ojalá pudiera decir lo mismo de todo el cine mexicano que he visto.
Comentarios
La esperaré con ansia.
(¡AH JA JA, muera la C.P.!)
¿Te ganó desde los créditos, eh? Igual a mí me pasó pero con Llamando a un ángel ¿La viste el año pasado?
Joel: eso quisiera. A estas alturas estoy tirando aceite. Menos mal que ya se acaba esto.
Tyler: Pues eres masoquista, me cae.
ánimo ya casi se acaba! jaja