El evangelio del 2018... según yo/XIII
Se fue el 2018. Un año particularmente importante para mí. Salí (me salieron, pues) de mi casa periodística durante 23 años, pero me han alojado en otras más (Letras Libres y ContraRéplica), además de haber iniciado esa extraña e insólita aventura de tener un blog en Patreon en el que cobro unos pesos por leerme.
Al momento de escribir estas líneas hay casi 60 personas dispuestas a ello, lo que agradezco infinitamente, no solo por los pesos y centavos recaudados cada mes -que no estorban, por supuesto- sino por esa declaración de principios que significa pagar para recibir contenido. Por lo mismo, aviso que, aunque este blog estará abierto -la columna del recuento de estrenos cada fin de semana seguirá publicándose, el recuento de clichés seguirá vivo, habrá listas sobre el Oscar y Ariel, además de otras entradas más-, el grueso de las críticas cinematográficas se pasará al blog de Patreon.
Y es que, parafraseando a alguien por ahí -no digo quién, porque me cae la policía interneta-, si escribo por aquí, ¿luego qué escribo allá? En todo caso, también me pueden encontrar cada quince días en Letras Libres y cada tercer viernes del mes en el suplemento cultural de ContraRéplica.
Resuelto este largo prólogo, va mi lista de lo mejor visto en el año. La única regla personal es que se trata de cintas vistas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2018 en estrenos comerciales, en festivales de cine, en streaming, en screeners... Sin más preámbulos, mi top-10 del año:
1. Roma (México-Estados Unidos, 2018), de Alfonso Cuarón. La película mexicana del año (y, desde esta trinchera, la película -a secas- del año) es una fascinante y compleja expiación memoriosa de Cuarón, quien vuelve a su infancia para darle voz a su nana a través de la figura de la extraordinaria debutante Yalitza Aparicio. Mi crítica in extenso, por acá.
2. El hilo fantasma (The Phantom Thread, EU-GB, 2017), de Paul Thomas Anderson. Lo que inicia como una especie de exploración caracterológica de un artista, tan genial como meticuloso y dizque incomprendido, termina transformada en una enfermiza historia de amour fou que habría aplaudido Buñuel.
3. Ready Player One: Comienza el juego (Ready Player One, EU, 2018), de Steven Spielberg. El más virtuoso e inventivo creador de espectáculos escapistas hollywoodenses en los últimos 40 años ha creado un gran espectáculo escapista que propone, subversiva (¿y contradictoriamente?), que la auténtica diversión está allá afuera, viviendo la vida. Increíble que la película más ágil del 2018 la haya dirigido un venerable septuagenario. Mi crítica in extenso, por acá.
4. Loveling: Amor de madre (Benzinho, Brasil, 2017), de Gustavo Pizzi. Una cinta que, a pesar de su historia archi-convencional, bien anclada en un género muy popular y hasta inevitablemente conservador -me refiero al melodrama familiar-, logra trascender y hasta subvertir su propio discurso a través de una precisa acumulación de anécdotas que nos va descubriendo el ethos en el que se mueven todos los personajes. Mi crítica in extenso, por acá.
5. The Post: Los oscuros secretos del Pentágono (The Post, EU, 2018), de Steven Spielberg. ¿Otra película de Spielberg? Qué remedio: no tengo la culpa que se hayan estrenado dos cintas de él con apenas unas semanas de diferencia. Anclada firmemente en la historia –en la de Estados Unidos y en la del cine hollywoodense- he aquí un formidable thriller periodístico centrado en algo tan antiguo como pertinente: la lucha por la libertad de expresión. Mi crítica in extenso, por acá.
6. Wonderstruck: el museo de las maravillas (Wonderstruck, EU, 2017), de Todd Haynes. Un muy disfrutable relato fílmico que avanza asincrónicamente en dos épocas (1927, 1977), con todo y puesta en imágenes ad-hoc. Otra obra mayor de Haynes que, por alguna razón que desconozco, no encontró todo el amor que merecía.
7. Beoning (Corea del Sur, 2018), de Chang-dong Lee. Aunque se supone que está basado en un cuento de Haruki Murakami (que, mea culpa, no he leído) lo cierto es que esta cinta dirigida por Lee parece provenir de la torcida imaginación de Patricia Highsmith: triángulo amoroso, resentimiento de clase, atracción reprimida, desenlace brutal e inesperado.
8. La maldición de Thelma (Thelma, Noruega-Francia-Dinamarca-Suecia, 2017), de Joachim Trier. Una astuta mezcla de cine de horror, cinta de crecimiento juvenil, provocador filme de liberación femenina/feminista y, hacia el final, incluso pareciera que estamos ante la historia del origen de una nueva súper-heroína (¿o será una súper-villana?).
9. Buenas maneras (As boas maneiras, Brasil-Francia-Alemania, 2017), de Marco Dutra y Juliana Rojas. Esta inclasificable cinta brasileña trasciende géneros, fórmulas y guiños cinéfilos, moviéndose entre el cine de horror, el género fantástico y una fassbinderiana historia de amor lésbico. Un auténtico OCNI: objeto cinematográfico no identificado.
10. El legado del diablo (Hereditary, EU, 2018), de Ari Aster. La opera prima del año es una película de horror que no solo transmite miedo sino, más bien, un creciente sentido de malestar. Como en muchos otros clásicos del género, el horror se encuentra anidado en la familia y, por lo mismo, es mucho más difícil de enfrentar y de vencer. El desenlace es delirio –y horror- puro. Mi crítica in extenso por acá.
Un bonus doble: El otro lado del viento (The Other Side of the Wind, EU, 2018), de Orson Welles y Me amarán cuando esté muerto (They’ll Love Me When I’m Dead, EU, 2018), de Morgan Neville. Un necesario programa doble formado por la quebrada cinta póstuma y rescatada de Orson Welles y el documental que nos presenta la tortuosa crónica de la frustrada realización de aquella cinta en los años 70. En los dos filmes, emerge, portentosa, la figura del último Welles, contradictorio, repelente, autodestructivo y genial.
Y otras 25 películas notables con las que se podrían hacer otras extraordinarias listas. En orden en el que las vi: Dangsinjasingwa dangsinui geot, La forma del agua, Tiempo compartido, Paddington 2, Un lugar en el silencio, El cavernícola, Nunca estarás a salvo, Lucky, El autor, Robar a Rodin, Las Vegas, Misión: Imposible: Repercusión, Apóyate en mí, La muerte de Stalin, Tu hijo, El primer hombre en la Luna, Mandy, Lord of Chaos, La balada de Buster Scruggs, First Reformed, Sorry to Bother You, Guerra fría, Foxtrot, Spider-Man: un nuevo universo y El peral silvestre.
Los diez mejores cortometrajes que vi en el año: Garden Party, Negative Space, Photomaton, La muñeca tetona, Bao, Dear Chickens, Entre sombras, Animal Behavior, Un abrazo de tres minutos y Un mundo para Raúl (este es de 2012, pero apenas lo vi este año, qué quieren).
Nueve clásicos que volví a ver este año y ¿que creen?, ¡breaking news!, siguen siendo auténticos clásicos: La gallina clueca, Lenny, Breve encuentro, El apartamento, Nace una estrella (versión de 1954), Rififí entre los hombres, Halloween, El hombre mosca y Alarido.
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Comentarios
Por supuesto que puedes decir quién te dijo lo de poner la crítica allá y lo otro acá, fue el Guasón.
(Por aquello de, “if you are good at something never do it for free”)
je
Qué gran entrada, por cierto.
Me dio gusto ver Ready Player One. Yo también la tenía bien arriba en mis favoritas pero luego fueron llegando los Pawlikowskis y los Noés y los Cosmatos y fue bajando, bajando, bajando hasta que se rezagó pero también fue de mis favoritas de este año.
En fin.