En línea: The Party




Exhibida en Berlín 2017, The Party (GB, 2017), noveno largometraje de la inquieta cineasta británica Sally Potter (Orlando, 1992; Ginger y Rosa, 2012), está disponible para su revisión desde hace varias semanas tanto en DVD de importación como en el servicio streaming de Amazon Prime Video. Y aunque el lugar común dice que siempre será mejor ver el cine en el cine, la verdad es que The Party no desmerece en nada –por su puesta en imágenes y por su escasa duración de apenas 71 minutos- si se le revisa desde la comodidad del hogar.
Estamos en alguna clasemediera casa londinense. Una exultante Janet (Kristin Scott Thomas) está preparando todo para recibir a un grupo de amigos con el fin de festejar su nombramiento como Ministra de Sombra de Salud del laborismo. La parlamentaria recibe felicitación tras felicitación por teléfono, mientras batalla con los volovanes en el horno y hasta con la imprudente llamada de su amante. Su marido, el viejo académico racionalista Bill (Timothy Spall), permanece aplastado en la sala, sin compartir la emoción por el nombramiento de la esposa. Pronto sabremos por qué.
La cámara en blanco y negro de Aleksei Rodionov nunca sale de la casa de Janet y Bill, pero The Party está muy lejos de ser mero teatro filmado, por más que, a bote pronto, el guion escrito por la propia cineasta nos remita a la dramaturgia de Edward Albee y Alan Ayckbourn y sus bien conocidas adaptaciones fílmicas (¿Quién teme a Virginia Woolf?/Nichols/1966 y Smoking/No Smoking/Resnais/1993, respectivamente). Y es que no solo la cámara nunca está, obviamente, en una sola posición, sino que los encuadres en blanco y negro de Rodionov alternan el clásico estilo plateau con brucos close-ups de sus intérpretes, lo que permite, por un lado, disfrutar del juego corporal de un reparto notable y contrastarlo con los rostros descompuestos –de ira, histeria, exasperación, franca tontería- de sus actores.
Y qué actores: a la fiesta del título llega la pareja lésbica formada por Martha (Cherry Jones) y Jinny (Emily Mortimer), quien aprovecha el bonito encuentro para anunciar que está embarazada y además de triates; la pareja en crisis formada por la cínica feminista April (Patricia Clarkson, filosa) y su buenaonda marido new-age Gottfried (Bruno Ganz, nada menos); y, finalmente, el aún joven financiero Tom (Cillian Murphy), quien se adelanta y llega primero que su esposa, Marianne, una importante colaboradora de Janet y que, cual Godot, nunca llegará al turbulento guateque.
La fiesta se descompondrá antes de haber empezado. Cierto secreto personal que dará a conocer Bill a su mujer y a sus invitados provocará una avalancha de reclamos, reproches, revelaciones y hasta traiciones entre todos, en el interior de las parejas y entre los dizques inseparables amigos. Las fracturas aparecerán por todas partes: Martha no está segura si quiere tener tres hijas, April y Gottfried están a punto de divorciarse, Bill se cuestiona sus convicciones políticas de toda la vida y todos ellos están dispuestos saltarle al otro a la yugular con crueles ataques verbales (“Es una lesbiana de primera y una pensadora de segunda”) o violentos ataques físicos.
La feroz sátira de Potter desnuda la confusión no solo existencial sino intelectual de este grupo de progresistas liberales, académicos, feministas y gays que ven todas sus certezas –las personales y las políticas- hechas añicos en un caos del que ellos mismos son responsables. Así es el mundo matraca en el que vivimos. Así en el mundo matraca que ellos y nosotros hemos creado. Por lo pronto, más vale reírse.

Comentarios

Anónimo dijo…
Gracias por la recomendación, pero esto es para el prime video gringo, ¿cierto?
Anónimo: Cierto. No me había dado cuenta. Una disculpa. Pero, bueno, ya pronto saldrá en el streaming nacional. Espero.

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