En línea: Small Town Crime
Mike Kendall (el eterno actor secundario John Hawkes
ocupando el centro del encuadre) se levanta todos los días a media mañana, sin
saber exactamente donde está. La noche anterior estuvo tomando, seguramente se
peleó a golpes luego y pasó de un bar a otro hasta que llegó a su casa, en la
madrugada, derribando la cerca del jardín con su rugiente Nova negro. Mike vive
solo, tiene como única amistad a su cuñado Ted (Anthony Anderson) y todavía no
digiere que fue separado de la policía estatal debido a un operativo que
terminó en tragedia.
Uno
de esos días típicos, Mike se levanta en medio de la nada, en las afueras del
pueblito macuarro de Utah en donde vive, se sube a su auto y toma el camino,
pero por el rabillo del ojo ve un cuerpo tirado cerca de la cuneta. Es una
mujer, salvajemente golpeada, bañada en sangre. La cruda se le quita de
inmediato y lleva a la muchacha al hospital, pero cuando al día siguiente
quiere ir a visitarla para llevarle unas flores y su teléfono celular, que
encontró tirado bajo el asiento del auto, se entera que la jovencita ha muerto.
Este
es el sencillo planteamiento de Small
Town Crime (EU, 2017), cuarto largometraje dirigido y escrito por los
desconocidos (para mí) hermanos Ian y Esmon Nelms, un modesto film noir pueblerino que no teme abrevar
de las tramas hard-boiled clásicas
salidas de las plumas de Chandler, Hammet o McCoy. Aunque, para ser francos, lo
que menos importa a los hermanos Nelms es la resolución del misterio (¿por qué
mataron a la muchacha?, ¿quién lo hizo?), sino los personajes que rodean a Kendall
en su camino hacia la redención personal.
En
este sentido, el guion escrito por los Nelms les da el suficiente espacio no
solo a su actor protagónico sino al excelente cuadro de actores secundarios:
Robert Forster como el abuelo rico de la muchacha asesinada, Clifton Collins
Jr. como el orgulloso padrote latino con su Impala sesentero de fin de semana
y, robándose la película en una sola escena, Dale Dickey como la correosa
cantinera de un bar de quinta que le da una clase de identificación de placas
policiales a un par de malandrines.
Small Town Crime se presentó hace un
año en el Festival South by Southwest y no se estrenó comercialmente en Estados
Unidos hasta enero de este año. La explicación para tal ninguneo es simple: no hay estrellas en
el reparto, no hay súper-héroes en mallas cruzando los aires, no hay autores
fílmicos por ningún lado. Por fortuna, el tan vilificado Netflix ha rescatado
este pequeño film-noir americano que
es bastante más satisfactorio que buena parte de la cartelera comercial de este
fin de semana… o de cualquier fin de semana.
Comentarios
Y además salen otros buenos actores a los cuales siempre es bonito ver ganándose dignamente el pan en pequeños pero interesantes papeles y no haciéndola de bufones en alguna comedia babosa como Maestro de Kínder o Suegro de la Novia o babosadas así. Hablo de Octavia Spencer y Robert Forster.
En fin, gran película 👍👍👍