El evangelio del 2017... según yo/XVI
Otro año de cine y acá está lo mejor que vi el 2017, sea en festivales, en funciones comerciales o en la pantalla casera, vía screeners o algún sitio streaming. En orden de preferencia:
1) Nelyubov (Rusia-Francia-Alemania-Bélgica 2017), Andrey
Zviagintsev. La premisa -la desaparición del único hijo de una pareja a punto
de divorciarse- parece sacada de una novela de Ruth Rendell. La búsqueda del
chamaco no unirá al matrimonio en pleno naufragio sino que servirá para
contagiar la falta de amor entre el hombre y la mujer a todos los que los
rodean. La negrura del alma se extiende, inexorable, como enfermedad. Más bien,
como la plaga.
2) Visages Villages (Francia, 2017), de Agnès
Varda. La cinta más alegre y vital del año -y de muchos años- la realizó una
santa señora con casi 90 primaveras encima y un impertinente fotógrafo
escondido tras unos sangronazos lentes negros. Una deliciosa road-movie con la
más simpática pareja/dispareja desde... ¿desde cuándo?
3) Dunkerque (Dunkirk,
GB-EU-Holanda-Francia, 2017), de Christopher Nolan. Una cinta bélica que mezcla
a la perfección emoción desbordada y estructura cerebral. Con tres narrativas
paralelas pero asincrónicas, Nolan entrega una absorbente reflexión sobre el
heroísmo: la necesidad de él, la ausencia de él. Mi crítica, acá.
4) La vida de Calabacín (Ma vie de
Courgette, Suiza-Francia, 2016), de Claude Barras. El Calabacín del título es un niño que queda huérfano después
de un extraño accidente en el que muere su madre alcohólica. El chamaquito
llega a un orfanato en donde convive con otros niños iguales o más dañados que
él. Estamos ante una cinta animada cuadro-por-cuadro que logra un balance
temático-formal admirable: entre lo oscuro y lo luminoso; entre el fatalismo y
la esperanza. Mi crítica en Reforma.
5) No soy tu negro (I am not your negro, EU-Suiza-Francia-Bélgica,2016), de Raoul Peck. Un absorbente ensayo documental sobre el escritor
afroamericano James Baldwin y sus ideas sobre Estados Unidos y el racismo, que
es tan gringo como el pay de manzana. La intelectual pieza de acompañamiento
para la siguiente cinta, la visceral…
6) Detroit: Zona de conflicto (Detroit,
EU, 2017), de Kathryn Bigelow. Un trepidante thriller urbano que va de lo
general -el inicio de los disturbios sociales/raciales en Detroit en julio de
1967- a lo particular -cierto episodio sucedido en un motel que terminó con la
muerte de tres afroamericanos-, que no permite tregua alguna y que finaliza
entre la emotividad y la indignación. ¿Hay algún cineasta del mainstream
hollywoodense de su generación más energético, más viril, que la señora
Bigelow?
7) Voraz (Grave, Bélgica-Francia-Italia,
2016), de Julia Ducournau. Una jovencita vegetariana llega a la universidad a
estudiar veterinaria y descubrirá los placeres de la carne… en más de un
sentido. Una película de crecimiento juvenil femenino y caníbal.
8) Silencio (Silence, EU-Taiwán-México, 2016), de Martin Scorsese. La cinta más personal de Scorsese en años es una absorbente reflexión cristiana sobre el sacrificio y el perdón. Una lástima que haya sido ninguneada en la temporada de premios y más aún por el público. ¿Dónde están los creyentes sofisticados cuando se les necesita? Mi crítica en Reforma.
8) Silencio (Silence, EU-Taiwán-México, 2016), de Martin Scorsese. La cinta más personal de Scorsese en años es una absorbente reflexión cristiana sobre el sacrificio y el perdón. Una lástima que haya sido ninguneada en la temporada de premios y más aún por el público. ¿Dónde están los creyentes sofisticados cuando se les necesita? Mi crítica en Reforma.
9) ¡Huye! (Get Out, EU, 2017), de Jordan
Peele. A pesar de un final decepcionante, esta capciosa alegoría racial sobre
los Estados Unidos bajo Obama cuestiona de forma brillante la hipocresía
liberal gringa, tan peligrosa (¿o aún más?) que el franco racismo del Calígula
anaranjado que despacha en estos momentos en la Casa Blanca y el de sus
seguidores. Mi crítica en Reforma.
10) Wonder Wheel (EU, 2017), de Woody
Allen. La cinta anual alleniana es una luminosa puesta en imágenes de una
oscurísima historia en donde hay un triángulo amoroso tóxico en el centro
argumental (galán intelectual, histérica mujer madura e hijastra joven e ingenua, ¿les
recuerda algo?) mientras que, en la periferia, hay una fascinante subtrama sobre
un compulsivo chamaco piromaniaco.
Bueno, estas fueron
mis diez películas favoritas irrenunciables que vi el año pasado. ¿No le
gustó este top-10? Bueno, aquí están otras 26 cintas que vi el 2017 y que, la
verdad, podrían sustituir algunas de las listadas arriba. Sin un orden
específico:
Luz de luna, O.J. Made in America, La reconquista, La libertad del diablo, Tower, Sangre de mi sangre, Tras la tormenta, Arábia, El
discípulo, Lady Macbeth, La cordillera, Una historia de fantasmas, El otro
hermano, El planeta de los simios: la guerra, Eso, Z: la ciudad perdida, La
villana, Coco, Good Time: Viviendo al límite, Una bella luz interior, Un amor
inseparable, Los pasos de papá, A Quiet Passion, La estafa de los Logan,
Nocturama y Dulzura Americana.
Finalmente, dos películas que volví a ver en el 2017 y que confirmé que siguen siendo grandes filmes, auténticos clásicos: La bella y la bestia (Trousdale y Wise, 1991) y ¡shocking news!, Blade Runner (Scott, 1982).
Comentarios
(A mi tampoco se me hizo la gran cosa, o al menos no como para incluirla entre mis favs del año)
Pues ya casi acabaste, solo te falta la de nosotros (porque la vas a hacer verdad???), y como cada año, se repiten mas menos los mismos patrones, una vacota por aquí, un aspirante (o dos) por allá y las sorpresas que el año que entra las hordas de fanáticos los subiremos de nivel.
En mayor o menor medida casi todas las listas coinciden con los seleccionados, varían en el orden, unos coincidimos otros renegamos, el chiste y lo bonito esta ahí, en el amor que nos une por el Cine.
2046
Será que nos estamos cansando del acelere y la modernidad y estemos ansiosos de paz y sosegación?
Sabra Dios pero que belleza de película.
2046
Awww. Qué gusto ver en tu top a Calabacín y Voraz. Tan diferentes entre sí, pero de lo que más me gustó este año.
Tres deseos de Año Nuevo: 1) que ya sea 3 de diciembre de 2018 (para ahorrarnos toda la parafernalia electoral); 2) si no puede ser ya 3 de diciembre, que inventen un filtro para librarme de la publicidad electoral en prensa, radio, tv, pantallas de cine y redes sociales; 3) que la Cineteca estrene “Nelyubov” y “Visages-Villages”. Y verlas de preferencia en ese orden, para que el film de Madame Varda contrarreste la depresión que seguro me dejará el de ese ruso inmisericorde.
Me hubiera gustado que mi abuela aún viviera para llevarla a ver “Silencio”. Creo que le habría conmovido tanto como a mí. Ella solía decir “la procesión va por dentro”; la recordé mientras al final de este film pensaba que, a veces, la fe va por dentro.
***
Qué difícil comentar desde mi teléfono. 🙈🙈🙈
***
2046
Una introducción rápida: consulto periódicamente tu blog, las publicaciones en línea e impresas de Fernanda Solórzano y las críticas de Carlos Bonfil y Leonardo García Tsao, tanto por cinefilia personal como por mi trabajo en una Biblioteca. Me impresiona mucho la unanimidad que generó Desamor o Sin amor (Loveless en inglés), de Andrei Zyvangitsev, entre sus selecciones de las mejores películas de 2017, pues es el título que citan Bonfil, Solórzano y tú primeramente y si mal no recuerdo, García Tsao la refirió como la concursante más sólida en Cannes 2017. Yo no pude verla en Morelia, donde tuvo sólo una proyección matutina durante la primera jornada del FICM, y confieso que no sigo la filmografía de Zyvangitsev con el mismo fervor que la de otros cineastas, pero tal consenso me hace pensar que Desamor pudiera estar incluso por encima de Elena, que tú seleccionaste como la mejor película rusa de los últimos 25 años. Y hago una apuesta: Ernesto publicará: Desamor/Sin amor debería ganar el Óscar a la Mejor Película en Lengua No Inglesa, pero ganará The Square: la farsa del arte, entre una quinteta de finalistas que conforman la categoría más sólida de ese premio este año.