Una mujer sin filtro
El primer taquillazo nacional del año -670 mil
asistentes y 37 millones de pesos en su primer fin de semana- ha resultado ser Una mujer sin filtro (México, 2017), el
más reciente largometraje del director televisivo y ocasional cineasta
especializado en comedia Luis Eduardo Reyes (Amor letra por letra/2009, Qué
pena tu vida/2016).
Estamos
ante el remake mexicano de Sin filtro (2016), una exitosa cinta
chilena escrita y dirigida por Nicolás López, quien se ha convertido en una
figura clave del cine de nuestro país, pues el taquillazo nacional del año
pasado, Hazlo como hombre (2017),
fue dirigida por él y, de hecho, Qué
pena tu vida, la cinta que dirigió Luis Eduardo Reyes hace un par de años,
también fue un refrito de otra película chilena de López, llamada de igual
forma y realizada en 2010.
Paz (en la película chilena, Pía) es una publicista de
36 años de edad que un malhadado día sufre una serie de pequeñas y grandes
humillaciones que la hacen estallar, provocando que suelte de su ronco pecho
todo lo que piensa de los que la rodean: su marido pintor abstraccionista y
huevón (Alejandro Calva), su jefecito junior bueno-para-nada (Mariano
Palacios), su vecino argentino fiestero (Ariel Levy), la babas muchachita millenial
que la acaba de suplantar en el trabajo (Pamela Moreno), el viene-viene
extorsionador (Daniel Sosa), el técnico del internet con todo y su contrato
abusivo (Guillermo Villegas), su amiga que nunca la escucha (Sofía Niño de
Rivera), su patética hermana adoradora de los gatos (Mara Escalante) y hasta su
exnovio (Flavio Medina) que, aunque está a punto de casarse, todavía la ronda
como el amigo buena-onda que la apapacha en toda ocasión.
La premisa es, sin duda, ingeniosa. La comedia parte de la idea
de que es gracioso ver a un personaje actuar de una manera completamente
distinta a la que está acostumbrado, tal como el abogado transa Jim Carrey no
podía evitar decir la verdad en Mentiroso,
mentiroso (Shadyacm 1997). Aquí, pues, se supone que resultará chistoso ver
a la estoica y apacible Paz convertirse en un auténtico huracán, dispuesta a
decirles sus verdades a todos.
El asunto es que, aunque Fernanda Castillo está muy
bien como la encabronada Paz, el resto del reparto no está a la misma altura y,
peor aún, el director Luis Eduardo Reyes no logra darle el ritmo adecuado a la
comedia, un género que pide a gritos precisión corporal de parte de sus
actores, un adecuado movimiento dentro del encuadre, un corte preciso para
hacer conectar ideas o imágenes disparatadas. Nada hay de ello en la realización de Reyes,
desprovista de la suficiente fuerza para que la comedia funcione como debería.
Una lástima, porque el personaje y la actriz merecían otra suerte.
Comentarios
Es cierto. Pía no se queja, solamente se va adaptando a las circusntancias opresoras para no hacer sentir mal a los demás, aunque a ella por dentro se la esté llevando la tiznada, hasta que le aparece el conveniente dolor de pecho. Se lo dijo su siquiatra, usted debe duplicar sus dosis.
Yo me reí un par de veces, porque la verdad es que yo, aunque nunca he tenido filtro para decir lo que pienso, sí tengo uno grandote para no hacer todo lo que quisiera, porque como dije, a mí sí me darían cadena perpetua!! Me reí cuando le rompen a la bloggera el palito de la cámara y creo que cuando le pone sus moquetes a la mujer que nunca le cede el paso.
Tuve que verla hasta el final para encontrar "las 10 diferencias", que es un juego que hago cuando veo dos versiones de la misma cosa.
¡En tierra de ciegos el tuerto es rey, y Nicolás López hizo bien en venir a rodar algunas de sus películas en México!
Pablo: En efecto, López se ha convertido en una fuerza notable en el cine mexicano de los últimos años, sin duda alguna.