Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCCI
Eliminar Amigo (Unfriended, EU-Rusia, 2014), de Levan Gabriadze. Aunque la premisa
es harto convencional -un grupo de amigos es acosado por una amiga mutua que se
suicidó un año atrás porque alguno de ellos subió un vídeo vergonzoso a
Youtube-, la ejecución de Gabriadze no deja de tener interés: todo lo que vemos
en la cinta -a excepción de la imagen final- proviene de la pantalla de la
computadora de la protagonista, con todas las ventanas abiertas -Skipe,
Spotify, Youtube, "Feis"...- habidas y por haber. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del
viernes pasado.
Elvira, Te Daría Mi
Vida pero la Estoy Usando (México, 2014),
de Manolo Caro. La peor película del exitoso y prolífico Caro hasta el
momento. Más allá de lo que podamos decir
de sus anteriores comedias, No Sé Si
Cortarme las Venas o Dejármelas Largas (2013) y Amor de Mis
Amores (2014),
esas dos películas tenían un tono consistente y una realización
funcional. Elvira... es, en contraste, un desastre
irredimible.
Partiendo
de una premisa similar a Las Hadas Ignorantes (Ozpetek, 2001), he aquí que la guapa
treintona ama de casa Elvira (Cecilia Suárez, tan irregular como su acento
norteño que aparece y desaparece de escena a escena) descubre que su marido
desaparecido Gustavo (Carlos Bardem, con perfecto acento mexicano) la engaña
con un tal Adrián (Luis Gerardo Méndez), un joven compañero de trabajo.
Desesperada, Elvira se da a la tarea de rastrear al marido y a su joven amante,
quienes al parecer se fueron a Acapulco.
Además de los
problemas de tono que tiene la cinta, que se tropieza entre la comedia
desaforada y el melodrama telenovelero, el guión del propio Caro es una
retahíla de inconsistencias y arbitrariedades. Un ejemplo entre tantos:
Angélica Aragón aparece por ahí como la mamá de la tal Elvira, pero no tiene
nada que hacer en todo el filme, a no ser dejar que su desesperada hija la deje
colgada varias veces por teléfono. Vamos, ni siquiera la siempre
bienvenida Mariana Treviño es tan graciosa como acostumbra ser.
Cenizas del
Pasado (Blue Ruin, EU, 2013), de Jeremy
Saulnier. Dwight, el
protagonista de esta cinta (sensacional Macon Blair), es un tipo desaliñado, de
larga barba descuidada, que come basura y duerme en su ruinoso Pontiac azul (el
“blue ruin” del título original). No parece el hombre más adecuado para hacer
justicia. Ni, mucho menos, para cumplir con una venganza.
Los esfuerzos de Dwight por cumplir esa
tarea hasta el final constituyen este relato fílmico que, aunque a veces llega
a rozar la comedia de humor negro al estilo de los Coen –Dwight le dispara a un
tipo a dos metros de distancia, falla y el hombre se burla ruidosamente de él-,
está muy lejos de provocar risas.
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