Morelia 2011/VII y última: palmarés



Y acabó Morelia 2011 con los siguientes resultados:

El Premio de Paula Markovitch gana como Mejor Largometraje Mexicano.

Cuanajillo: La historia sin agua gana en la Sección Michoacana.

Mari Pepa gana el premio al Mejor Cortometraje de Ficción.

Prita Noire y Érase una vez ganan el premio ex aequo al Mejor Cortometraje de Animación.

Réquiem para la eternidad gana como Mejor Cortometraje Documental.

Silvestre Pantaleón gana como Mejor Documental Mexicano.

Fecha de caducidad gana el Premio del Público.

Algunos comentarios a bote pronto. Como los cortos premiados no los vi ni, tampoco revisé la sección michoacana, pasemos a los largometrajes documentales y de ficción. Silvestre Pantaleón lo revisé en el Docsdf  2011 y escribí esto sobre la película. Resumo: buen documental pero, vaya, no es mejor que El Lugar Más Pequeño -que obtuvo una mención- o que El Cielo Abierto -que se fue con las manos vacías.
En cuanto a la ficción, el premio a El ídem era previsible. Por lo menos de lo que alcancé a ver de la competencia, fue lo mejor del festival. Aunque, para la trivia: ¿será la primera vez que una película gana en dos festivales (Berlín y Guadalajara) con un final X, va luego a otro festival (Morelia) y gana pero ahora con un final Y
Finalmente, en lo que se refiere al premio del público, el que Fecha de Caducidad fuera la elegida, reafirma la broma que hace de mi Gerardo Ascencio: "¿no conoce usted a Ernesto Diezmartínez? Es muy fácil identificarlo: si va al cine y ve que todo mundo sale contento y un tipo enojado, ése es Diezmartinez. O al revés: si todo mundo abandona el cine despavorido o sale echando madres y un tipo sale sonriendo, hablando maravillas de la película, ése es Diezmartínez". Pues sí: yo salí echando pestes de esa cinta pero al público le encantó. Así soy yo. Qué remedio. 

Comentarios

Anónimo dijo…
La anécdota final sobre el crítico Diezmartínez como el gusto individual que hace la diferencia entre la masa de espectadores, es de una pedantería digna de mejor causa. Es un blog, por supuesto, y como tal sirve de reflejo para las manías, miserias y destellos de quien lo escribe. Sin embargo, el autor es un crítico de cine que publica en un medio nacional. Es evidente que cuando alguien antepone su punto de vista sobre los criterios de juicio para ayudar a los lectores a entender las complejidades o no de un filme, incurre en buena parte del repertorio de falacias definidas por la teoría de la argumentación. Después de leer las líneas con que Ernesto Diezmartínez concluye su revisión del Festival de Morelia, no me cabe duda que, salvo honrosas excepciones (Bonfil, Carrera, Lemus, los primeros libros de Ayala Blanco), casi todos los críticos de cine en México envilecen cualquier tentativa de comprensión. Y aunque existan diferencias, al final ofenden la inteligencia de los lectores el autor de Cinevertigo, Fernanda Solórzano, Leonardo García Tsao, Mario Székely, Fernando Bañuelos y un largo etcétera.
Anónimo: Antes que nada, bienvenido a los comentarios. Se trataba de un chiste -malo, acaso-, no de una anécdota. Y como todo chiste, bueno o malo, exagera: para ser precisos, hubo colegas que fueron incluso más duros con la película de Kenya Márquez que yo. Otros, no tanto. Eso sí: nadie -con los que hablé, en todo caso- pensaron que la película podía ganar algo en la sección oficial. Pero se entiende que haya ganado entre el público: tiene un reparto compentente y algunos momentos divertidos. Las demás cintas exhibidas en competencia dificilmente pueden calificarse como entretenidas.
De hecho, en otra entrada anterior desarrollo en unas cuantas líneas por qué la cinta de Kenya Márquez me parece tan fallida. Si se estrena comercialmente, acaso vuelva a ella con más extensión. O a lo mejor no. Ya veremos.

PS. Y mi estimado anónimo: creo que se equivoca con la idea de que la objetividad está por encima de los puntos de vista personales en la crítica -de cine, literatura, de arte, política...
Anónimo dijo…
Me Gusta Tu Blogger
Joel Meza dijo…
Yo una vez reconocí a Diezmartínez por sus guaraches y su morralito de yute en un café coyoacanense.
Si atacan a un pobre coyoacanense con esas características, en tu conciencia quedará, Joel.
Daniel González dijo…
Ernesto, mi nombre es Daniel González y lamento haber escogido por descuido la identidad de un inefable Anónimo, que no abona en nada a la crítica ni a la capacidad de discernimiento. Agradezco se haya tomado la molestia de atender mi comentario (que sostengo) y vuelvo con estas líneas sólo para aclarar dos asuntos. Primero, lejos estoy de defender una película que no he visto. Mis palabras no pretendían en forma alguna excusar al filme de Kenya Márquez. Segundo, en ningún momento utilizo la palabra objetividad que, como pensara Karl Popper, es producto de un consenso, incluso en el terreno de la ciencia. A lo que me refiero es que, como lector, busco encontrar en una crítica juicios argumentados que me permitan reparar en aspectos que a los aficionados legos se nos escapan. La descalificación perentoria o la frase hecha (legítimo derecho tiene cualquier analista de emplearlas) no pienso contribuyan a pensar el cine, por utilizar la expresión de Rudolf Arnheim, a quien seguramente usted conoce. Llevo tiempo consultando su blog por la actualizada información que publica y el seguimiento a muestras, ciclos, festivales o cualquier otro aspecto de la cultura cinematográfica. Sin embargo, terminé por desistir, no sólo por lo que publicó respecto a lo que le distingue del resto de los espectadores, sino a un tipo de mirada que por momentos cede ante la simpleza o la ocurrencia. La agudeza, el rigor y la imaginación (que son bastante subjetivos, sobra decirlo) en el cine, la literatura, el arte, la política no se despachan con dos oraciones subordinadas. Buena tarde
Joel Meza dijo…
Sin intención de defender, ¿qué tiene de malo ser, aunque sea por momentos, simple y ocurrente? Este es, después de todo, el blog de cine que hace ¡ping!

(Pero sí quisiera agregar que me consta, por familiares, amigos, conocidos y uno que otro desconocido desbalagado que alguna vez he oído al pasar, que la mentada "distinción" es, independientemente de cierta o no, un chiste harto conocido y repetido en la tierra de Diezmartínez.)
Don Daniel: Insisto: era un chiste hecho a costa mía por un amigo. Y lo recordé por el hecho de que tanto en Guadalajara como en Morelia, los sendos premios del público fueron entregados a cintas que, creo, son francamente mediocres. Pero, bueno, olvidemos el chiste.
Lo que sí siento, de verdad, es que desista de la lectura de este blog, pero lo entiendo. Uno va tomando innumerables decisiones de este tipo: deja de leer a tal columnista, deja de ver tal programa, renuncia a seguir a tal cineasta o escritor, etcétera. De todas formas, le agradezco la sinceridad y el tiempo que se ha tomado para escribir sus mensajes.
Sin embargo, antes de decirle adiós e imitando la gallardía con la que algunos cineastas -Julián Hernández o, recientemente, José Álvarez- han respondido comedidamente a mis críticas, sin aspavientos ni desgarramiento de vestiduras, no me queda más que desear que alguna vez vuelva a entrar a este blog y encuentre algo de valor en él. Si no mis textos, sí los comentarios de otras personas que entran a dialogar de cine. Eso, el espacio para dialogar, siempre lo encontrará aquí. Sin duda alguna. Muy buen fin de semana.
Ehm... sE! (esto casi se parece a una sección de comentarios en cualquier blog de Letras Libres, y eso, como no diría Karl Popper ni Rudolf Arnheim, pero quizá sí un tal Agustín Galván: está de pena).

¡Saludos afectuosos! (digo, pa' terminar apelando al cliché de comenzar tirando plátanos podridos y luego siendo tan cordiales como un mártir francés).
Duende: Oh, pues, con usted no hay seriedad... Luego por qué la gente se enoja.
Ni modo, pero a veces quisiera volverme chaparro y con el pelo más crespo, que mis lentes se hicieran de marco más grueso y mi nariz se estirara y estirara, para acabar siendo una suerte de Alvy Singer tercermundista, y estar en esa fila para entrar a una sala de cine X, escuchando una conversación vecina... Y...
Abraham dijo…
Yo entraba a ver si había escrito algo de Fecha de Caducidad y me encuentro otro pleito entre kaijus y robots. Ya ve, cuando es muy serio lo regañamos por su poco entusiasmo como en "Pacific Rim". Cuando le entra al chistorete, también lo regañan, no se puede ganar así. Y le digo, el Ayatola Blanco casi siempre se salva, dichoso él entre los mortales.

Me parece extraño también que Fernanda Solórzano esté entre las que "ofenden la inteligencia", pues aunque uno no coincida con ella en múltiples ocasiones, sus textos casi siempre ayudan a entender el porqué a ella si le gustó un filme, sin importar que uno no coincida con dicha apreciación.

Divertido porque por acá acabamos de revisar "Hanna Arendt", otro de esos casos donde el mal lector ataca la pedantería donde no la hay.

Lo que encontré curioso del regaño es que aquí usted cuenta un chiste que alguien hace a sus costillas donde lo tachan de mamón por no gustarle películas que a otros sí y luego lo acusan de mamón por poner dicho chiste donde se burla de usted mismo. Asi bien mamón.

Sigo pensando que necesitamos mejores cursos de lógica, porque una mala argumentación, o en este caso un buen chiste, no tiene nada de falaz. Al menos que no exista el tal Gerardo Ascencio y usted nos quiera ver la cara de tontos o que a lo mejor le estaban haciendo otro chascarillo a sus costillas en los comentarios: "No se haga que no es chiste, es anécdota".

En todo caso la reseña cinematográfica y la reseña en sí suele incluir un juicio de valor y una opinión enteramente subjetivos. Y uno como lector siempre puede refutar los argumentos de la reseña o de la crítica. Como diría Susan Sarandon: "disentir no es tu derecho, es tu obligación".

Hablando de eso se me hace que a mí si me va a gustar "Fecha de Caducidad". Con eso de que a mi me gusta casi todo lo que no le gusta este año. Don Silvestre López Portillo decía hace rato que a él le gustó mucho. A ver si se alínea y deja de decir "Ni!!!"







Abraham: A JAB también lo regañan en El Financiero algunos lectores. O lo regañaban. Como nunca contesta, pues no hay pleito posible. En cuanto a Gerardo Ascencio sí existe y contó ese chiste de mí varias veces en la radio. Y creo que lo sigue contando el muy... amigo mío.

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