31 Foro de la Cineteca/IV
Cuchillo de Palo/108 (España, 2010), opera prima de Renate Costa presentada hace un año en Guadalajara 2010, es un espléndido filme documental que nos muestra a una joven cineasta hurgando en el pasado de la vida familiar, buscando las respuestas que nadie había querido darle hasta el momento.
La cineasta Costa, que vive en Asunción, Paraguay, se da a la tarea de saber más de su tío Rodolfo, muerto hace diez años aparentemente del corazón o, acaso, como ella misma lo dice en off: muerto "de tristeza", "de soledad". El tío, Héctor Rodolfo Costa Torres llevaba una doble vida: frente a su tradicionalista familia de herreros, él era Rodolfo Costa; en la noche, con sus amigos, se llamaba Héctor Torres y asumía abiertamente su homosexualidad, aunque con cierto grado de discreción, pues en el Paraguay del dictador Alfredo Stroessner (quien gobernó con mano de hierro de 1954 a 1989), la homosexualidad se perseguía como delito, por más que uno de los hijos del dictador, Gustavo “la coronela” Stroessner, era, de hecho, homosexual y se dice que tuvo relaciones conflictivas y pasionales con varios miembros de las élites paraguayas.
La sobrina Renate, pues, con estudios de cine en Cuba y España, toma la cámara y habla con amigos, vecinos, travestis y miembros de la comunidad gay que conocieron a su tío Rodolfo, al mismo tiempo que confronta a su conservador y religioso papá que protegía/rechazaba a su hermano, al que llama "el enfermo". Al final de cuentas, el tío muerto y el papá vivo serán los personajes centrales de este entrañable filme documental sobre la homosexualidad en el Paraguay de Stroessner, sobre la hipocresía social que podía aceptar a los gays siempre y cuando no salieran del clóset, y sobre una criminal política de Estado que persiguió a los homosexuales cuando éstos asumían libremente su forma de vida.
El título alternativo de este documental es 108. El número se refiere a una legendaria lista hecha en los albores de la dictadura de Stroessner en la que se identificaron a 108 homosexuales, a quienes se les tenía literalmente “fichados”. Así, el 108 en Paraguay es como nuestro 41 en México: el número con el que se asocia de manera despectiva a los homosexuales (y en un caso, por cierto, similar: el 41 mexicano tiene su origen en otra famosa lista de la época del porfiriato, en donde figuraban el yerno de Don Porfirio, entre otros miembros de las élites económicas del estado).
Al final del Cuchillo de Palo, después de varias confrontaciones entre padre e hija por el recuerdo del hermano y del tío “apestado” al que nadie saludaba, al que nadie abrazaba, al que todos le sacaban la vuelta, la cineasta Costa muestra la imagen de una perra callejera que ha estado rondando la casa solitaria del papá. La muchacha apunta: “mi papá dice que ya está harto de ella y que un día la va subir al carro para ir a tirarla muy lejos”. Sin embargo, el papá no tira al animal: al contrario, le da un poco de agua. Así empieza la tolerancia: dando un vaso de agua.
Cuchillo de Palo se exhibe hoy y hasta el martes en la Cineteca Nacional.
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