Solo ante el peligro/IV
Los personajes de 40 Días (México, 2008), no conocen arroyos sino riachuelos, no se escapan sino que se escabullen, temen que “algo” les haya “devorado el alma” y a la primera provocación hablan lo mismo de Easy Rider (Hopper, 1969) que de Tablada. O sea, hablan raro. No parecen gente normal. Yo lo sé porque los conozco: se llaman artistas, citan a Monsiváis y hablan de los Estados Unidos como la nueva Roma (sí, de ese tamaño es la originalidad de sus interminables conversaciones).
En algún momento, el poeta gay “Pato” (Andrés Almeida), la actriz sin chamba Ecuador (Luisa Sáenz) y un tercer personaje que no sé qué hace (Héctor Arredondo), comen peyote en Real de Catorce y, así nada más deciden tomar el descapotable de uno de ellos e irse por todo Estados Unidos a compartir “profundeces”. El asunto no me podría haber interesado menos, por más que el director Juan Carlos Martín -extraordinario debut Gabriel Orozco (2002)- presume su pericia en el montaje de imágenes y sonidos, en especial en la secuencia en la que los tres dejan la ciudad de México en pleno 16 de septiembre.
Claro, puedo estar equivocado -no sería la primera vez ni será la última- porque a mi compañero de Primera Fila de REFORMA, Rafael Aviña, le gustó el filme al que calificó como "extremo y arriesgado"; Fernanda Solórzano escribió aquí, en Letras Libres, que la cinta se salva de caer en clichés; y Luis Tovar, hoy en La Jornada Semanal, ha escrito una bien argumentada defensa de la película. De cualquier forma, le deseamos la mejor suerte en taquilla a 40 Días, como se la deseamos a toda cinta mexicana que llega finalmente a la cartelera.
Comentarios
Un saludo.
Supongo que al director le fascinan los personajes intelectuales...
Duende: Un saludo de retache.
La veré para hacerme de una opinión. Saludos, Ernesto.
Saludos.
involuntaria, pero loca al fin...
a ver si puedo verla este miercoles, seguro me voy a divertir como enano solo de escuchar esos ridículos dialogos jeje