Ambulante 2014/VII
La Necesidad Especial (The Special Need, Italia-Alemania-Austria-Francia, 2013), opera prima documental de Carlo Zoratti, tenía todos los elementos para ser un chantajista feel-good documentary sobre un agradable discapacitado mental, Enea Gabino, que, con la ayuda de sus inseparables amigos Alex y Carlo -el propio cineasta/guionista-, se da a la tarea de encontrarle un nuevo sentido a su vida pues, como lo dice al inicio del filme, le hace falta encontrar el amor. Así de sencillo. Y así de difícil.
Por fortuna, La Necesidad Especial dista mucho de ser un chantaje sentimental documentalizado. El director novel, Carlo Zoratti, conocía de años atrás a Enea, pues había estado en contacto con él haciendo trabajo voluntario cuando los dos eran adolescentes. Ahora, a los 29 años de edad, Enea siente que no es suficiente la vida con sus papás, las salidas ocasionales con sus amigos, su trabajo rutinario -pero perfecto para su discapacidad mental- en alguna fábrica de textiles. "Me hace falta amor", les dice a Carlo y a Alex, que ven cómo cada intento de Enea de iniciar plática con alguna muchacha -en una plaza comercial, en una alberca- termina en fracaso.
Eneas es un autista bastante funcional, pero su misma discapacidad, por más o menos leve que esta sea, no escapa a los ojos de nosotros, los "normales". Tratando de resolver el problema -ya que Enea no puede encontrar una muchacha con quien salir, ¿por qué no conseguirle una "profesional"?-, Alex y Carlo buscan una prostituta. No tienen éxito: en primer lugar, las mujeres con las que hablan no quieren darle el servicio a un discapacitado mental -ni siquiera lo ven, de hecho- y, en segundo lugar, lo que hacen los dos amigos puede ser un delito grave en Italia. Es decir, la prostitución en sí es legal, pero no el ser intermediario entre un cliente y una sexoservidora. Es decir, Carlo y Alex podrían ser acusados de padrotes.
Carlo y Alex deciden tomar medidas drásticas. Suben a Enea a una combi y se dirigen hacia Austria en donde, al parecer, las prostitutas no son tan exigentes como en Taranzano, la pequeña ciudad al norte italiano en donde viven todos ellos. Ahora el problema no serán las "profesionales" austriacas. La bronca es el propio Enea que, de plano, no se anima a meterse con una de las muchachas.
La solución resultará ser otra: un servicio especial de psicólogas que atienden solamente a discapacitados físicos y mentales para enseñarles a manejar su cuerpo y el de su futura pareja amorosa/sexual. Algo así como Seis Sesiones de Sexo (Lewin, 2012), solo que en una pequeña clínica/casa de Trebel, en Alemania.
El fin de este viaje -geográfico y de iniciación existencial/sexual- tendrá resultados agridulces. La "compañera" de Enea será una mujer madura y amable que, aparentemente, hace muy bien su trabajo. El problema, sin embargo, será el mismo del inicio. Habiendo tenido éxito en ese viaje a Alemania, solo le queda a Carlo y a Alex otra tarea "pequeñita": ayudarle a Enea a encontrar "la mujer de mi vida". Algo que los dos amigos, con toda la buena voluntad del mundo, no pueden asegurarle que lo lograrán. Porque, ¿acaso ellos la han encontrado?
Zoratti en ningún momento explota sentimentalmente la situación que vive Enea. Es testigo y participante de todo lo que vemos, pero siempre con un respeto y un humor que se siente sincero. Porque uno se ríe de los amigos y de sus problemas, pero también se ríe con ellos. Y se lloran con ellos. Y se comparte lo bueno y lo malo; los fracasos y los triunfos.
"He aprendido muchas cosas", dice Enea al final del filme. Uno sospecha que Carlo y Alex han aprendido más. Y uno, que ha visto el documental, más todavía.
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