Oz, el Poderoso
Antes que nada, dejen expresar mi desconcierto por el casi unánime rechazo
crítico de Oz, el Poderoso (Oz the
Great and Powerful, EU, 2013), precuela del irrepetible clásico hollywoodense El Mago de Oz (Fleming et al, 1939).
Sin duda, el décimo-quinto largometraje de Sam
Raimi está muy lejos de alcanzar los niveles de delirio fílmico de la cinta
protagonizada por Judy Garland, pero tampoco creo que merece este (casi)
universal ninguneo. El rechazo puede explicarse, acaso, por el (justificado)
culto que se tiene por la película de 1939 y por cierta animadversión hacia la
estrella de esta precuela, el inquieto actor/productor/escritor James Franco,
tristemente célebre por haber sido uno de los peores anfitriones -¿el peor?- en
la historia de la entrega del Oscar.
Antes que nada, tratemos el asunto Franco. El
actor californiano interpreta a Oscar Diggs, un mago de poca monta y mujeriego
consumado, quien cae en el centro de un tornado en el Kansas de 1905 –blanco y
negro, formato académico 4:3- y termina en el mágico mundo de Oz –a colores,
formato 2.35:1-, en donde es de inmediato confundido como el Mesías que todo Oz estaba esperando. La labia natural de Oscar le hace ganar tiempo y logra engañar
a unos cuantos, pero muy pronto tiene que aceptar que no es más que un pobre mago
cualquiera, perdido y confundido entre tres guapas mujeres/brujas: la
calculadora Evanora (Rachel Weisz, la futura Malvada Bruja del Este a la que le
cae la casa encima en El Mago de Oz),
la despechada Theodora (Mila Kunis, formidable como la futura Malvada Bruja del
Oeste, con escoba, risa maniaca y color verde incluidos) y la bella Glinda
(Michelle Williams, como la futura Bruja Buena que protegerá a la Dorothy de
Judy Garland).
El colega y camarada avecindado en Mexicali Joel
Meza ha dicho con razón que la actuación de Franco le recordó al joven Tin-tan:
el actor interpreta a su personaje, el futuro Mago de Oz, como un mentiroso tan
entusiasmado de sí mismo que, a veces, parece que cree sus propias mentiras.
No sé si Franco conoce a Tin-tan, pero de seguro sí al Danny Kaye de El Bufón del Rey (Frank y Panama, 1955)
y ni se diga al inevitable Bob Hope, con su retahíla de personajes hablantines, suertudos
y cobardes que interpretó en los años 40 y 50.
En todo caso, Franco encarna a este carismático tracalero
con un gusto y un convencimiento contagiosos. Y esto resulta fundamental,
porque Oz, el Poderoso, tiene su
centro dramático en la relación de su protagonista, el timador Oscar, con las
tres brujas, las dos malas y la buena (aunque las tres estén bastante buenas),
que se disputan el poder en Emerald City.
Esta precuela no pretende nunca tener los alcances
de la historia original, escrita por L. Frank Baum –y continuada por él mismo
en otros 13 libros- que, alegóricamente, trataba de diversos problemas
políticos y económicos que sufrían los Estados Unidos de fines del siglo XIX.
(La película de 1939, por cierto, fue despojada de toda esta carga ideológica para
terminar convertida en uno de los más grandes filmes fantásticos de la historia).
Oz el Poderoso
vehicula otra alegoría
muy distinta a la de los libros de Baum, pues la película de Raimi se ubica por
derecho propio en este reciente ciclo de cintas nostálgicas centradas en el
poder del cine y realizadas en el nuevo siglo, en donde lo mismo caben el
pastiche silente El Artista
(Hazanivicius, 2011) que el homenaje scorsesiano a Melies (La Invención de Hugo Cabret/2001), el rescate del lenguaje mudo en Blancanieves (Berger, 2012) o la
reinvención de ese mismo lenguaje en Tabú
(Gomes, 2012).
Así, Oscar expresa su más encendida admiración por
un mago muy especial llamado Thomas Alva Edison y la historia, ubicada en 1905,
nos traslada a los albores del cine, cuando magia, ilusionismo, espectáculo
circense y las “vistas” cinematográficas formaban parte de la misma función. De
esta manera, el futuro Mago de Oz vencerá al par de brujas malvadas a través de
fuegos de artificio, electricidad y la proyección de una imagen imposible en el
aire, entre humos y ruidos portentosos. Algunos llaman a esto magia. Otros lo
llamamos cine.
Comentarios
Hace unos días un par de lectores me decían que la razón principal de que no les gustara Oz, fue el trabajo de Franco, por falso y aguado (palabras más, menos). En ambos casos expuse mi comparación con ese Tin-tán pero no tuvo mucho éxito. Bueno, al menos entendieron la razón por la que me gustó a mí.
También he oído quejas sobre Mila Kunis, que´s´que no levanta nunca el personaje. Y a mí, nuevamente, me parece que arma bastante bien su personaje, excesivamente ingenuo y por lo tanto con una caída y transformación terribles al verse engañada, lo cual sirve para convertirla en una bruja más mala que su hermana. Donde Evanora quiere hacer huir a Oscar y sus amigos, Theodora ordena su muerte. Creo que la película maneja muy bien a todos los personajes que después volveremos a ver (o tener referenciados) en la del 39.
Bueno, se acaba el espacio pero me gustaría saber qué te parecieron el chango volador y la muñeca de porcelana y su diseño visual. A mí me gustaron mucho y no me molestó que el chango pareciera un dibujo y la muñeca, una muñeca de verdad.
A nivel personal disfruté muchísimo la cinta, particularmente el 3D que es el mejor que se ha hecho desde Hugo (el de Jack técnicamente está igual de bien hecho, pero la ejecución dista mucho de los dos casos anteriores) además de que, como bien dices, entra más en la categoría del tributo.
Ni hablar, esperemos que el tiempo le de el lugar que se merece. No es una joya pero si una cinta que puede ser vista y disfrutada más de una vez. Además de que le demostró a Disney que no necesita a Burton o a Depp para hacer dinero con cintas fantasiosas y visualmente atractivas.
¡Saludos!
No entiendo bien eso del ninguneo o rechazo. Si bien las criticas estan en la mediana/mediocre (no es para tanto) la taquilla ha sido un monstruo devorador de dolares. Tanto que ya esta apalabrada secuela.
Me gusto, la disfrute y nada más. Por mucho que el final sea eso, la emoción del engaño y el arte, es sumamente emocionante y el highlight de toda la cinta. Aunque también creo que es nada más eso. Lo que sí, los niños que fueron a la sala donde me toco verla, estaban sumamente emocionados. Suspirando, riendo, asustandose. Quizá también uno haya perdido un poco su capacidad de deleite y asombro :(
O la tendre que ver de nuevo. Por cierto, tu ultima frase, priceless. Igual que la de "la tierra del plástico", jajaja.
"de donde vengo hay gente con cerebros mas pequeños que el tuyo pero tienen diplomas"
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
No le hagan caso al tipo detrás de la cortina
Jjajajajajaja
Dan: En efecto, más disfrutable y consistente que la de Burton. Sin duda.
Adayin: El ninguneo ha venido de la crítica gringa, no del público.
Christian: Deja los diplomas. Luego son electos presidente y así.
En el caso de la original, es increíble el humor tan lindo que manejan, casi casi es un reflejo de esa sociedad idealizada de los 40s y 50s de los Estados Unidos. Todos los personajes son entrañables, hasta la bruja mala caray y bueno que decir de ese final. Es la cosa mas hilarante y cínica. Casi está a la altura del de Naranja Mecánica. El hechicero de marras no es mas que un charlatán pero con muy buenos argumentos. Me mató eso de "no te preocupes, de donde vengo hay gente con cerebros como el tuyo pero tienen diplomas" y luego al Leon le da una medalla jajaja y al Hombre de Hojalata le da un reloj y le dice: "los corazones serán un aditamento inútil hasta que alguien haga uno irrompible". Como dicen los gringos: "you gotta give it to him" el tipo es un charlatan pero sabe su negocio y lo sabe muy bien y tiene muy buenos argumentos. En fin, es una maravilla esa película.
Y bueno, la entrega de Sam Raimi también me gustó mucho. Sirvió muchísimo haber visto la original antes, estaba yo en todo e iba entendiendo cada cosa a la perfección, como los campos de amapolas, por qué le generaban cicatrices las lagrimas a Mila Kunis, etc. Si acaso le reprocho un par de cosas únicamente. Una, el final tan desbocado y con eso me refiero a las peleas entre las brujas y los rayos y centellas que de ellas salían, no al acto final del mago, que eso es simplemente genial y maravilloso, resonaban en mi esas ultimas lineas de la reseña de Diezmartinez cuando lo veía, de hecho. No, mas bien el asunto de las brujas peleándose por lo aires. Me recordó a Harry Potter y las peleas entre Voldermort y Gandalf o como se llame el bueno.
Y dos, una cosa que no me deja dormir. Cuando uno termina de ver The Wizard of Oz (1939), todo parece indicar que Dorothy tuvo un mal sueño, una pesadilla o alucinación derivada del golpe que le da la ventana por el tornado. Tan es así que todos los personajes con los que ella interactúa en Oz son proyecciones de su vida real, la bruja es la Señora que le quiere quitar a su perro y el Leon, Hombre Hojalata y Espantapajaros son los tres peones que trabajan con su tía en la granja. Y bueno, finalmente despierta y regresa a la realidad. Pero acá en la de Raimi, todo sugiere que Oz si es real y que algún tiempo después llegará Dorothy. Entonces esa desconección o como le quieran llamar me està matando, me está dando vueltas en el cerebro.
Pero en fin, eso no es culpa de Raimi. Por lo demas me gustó un chorro su entrega, ojalá dirija la segunda parte.
Saludos
"Por favor, queremos ver al Mago, hasta me hice permanente para la ocasión" El León Cobarde.
jajajajajajaja
Y ya la ví como tres veces durante las vacaciones.
#TodoBien
El personaje en el que se convierte y luego vemos en la del 39 no me gustó.
La del '39 era sumamente afilada y alargada de la cara y la entrega de Mila Kunis les quedó demasiado "cachetona" o redonda jaja
Claro, supongo que eso no fue culpa de la Kunis, sino de los maquillistas y los encargados del CGI pero bueno, eso me distrajo un poco.
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Y además, Mila Kunis está como quiere.
Pertenece a esa cada vez más patente categoría de "no la vi-no me gusta"...
Y la razón no es ni por Raimi, ni por Franco... Es más, quizá ni por Disney (y sí, la cinta es exitosa, pero no "domésticamente" como se dice, sino por la taquilla internacional, que es la que la ha "levantado"). Es simplemente porque la mitología de Oz ya tiene su precuela económicamente y culturalmente exitosa... Primero la novela Wicked: The Life and Times of the Wicked Witch of the West de Gregory Maguire (ilustrada por Douglas Smith), que inicia toda una saga sobre las brujas de Oz... Y que narra lo que pasó antes y durante la cinta (no la novela) que todos conocemos.
Y bueno, luego pasó a ser un musical al que, cierto, por estas tierras ni fumamos, pero que allá en el norte sí ha sido todo un fenómeno.
Desde hace años, Wicked (musical) ha venido siendo desarrollado para hacerse una película, pero los ya sabidos problemas legales cinematográficos (que está película capoteó teniendo abogados presente en el set y cambiándote hasta el tono verde a la bruja), la han detenido un poco (que una cosa es adaptar todo eso en teatro y otra en cine). el chiste es que el año pasado ya se había dicho que estaba por levantarse por fin la producción, cuando "moles" que sale Disney con esta cinta (y de la nada).
Insisto, a este cuento de Oz no le pesa la original, le pesa Wicked. Y no es un desastre, simplemente es "business as usual" en los tiempos del más barato de los "yo acuso".
Christian: De hecho, en la saga de novelas, Oz es un mundo que existe, es real. En la cinta del 39 es obvio que se trata de una proyección de Dorothy. En la nueva, puede ser que sea real... o puede ser que un viajezote del Mago. O de "James Flanco", como dijera el oriental en Ted.