Dillinger (1945)


El legendario ladrón de bancos John Dillinger (1903-1934) ha aparecido como personaje cinematográfico en, por lo menos, una veintena de películas, telefilmes y series de televisión desde su primera incursión en la pantalla grande, en la baratona Dillinger (1945) -hecha una década después de la ejecución del criminal, a la salida del cine Biograph de Chicago- hasta la reciente A-movie Enemigos Públicos (Mann, 2009).
En cuanto al Dillinger de 1945 se refiere -hace poco revisamos aquí mismo el Dillinger de 1973, dirigido por John Milius-, estamos frente a una B-picture hecha por la modesta casa Monogram, que apenas si soltó 35 mil dólares de presupuesto. La falta de dinero se nota -la duración de la película es de escasos 70 minutos, su usa de manera indiscriminada stock-shots y back projections, los mismo escenarios aparece más de una vez con alguna manita de gato-, pero esto no evita que, de todas formas, el filme dirigido por el artesano aleman hollywoodizado Max Nosseck se deje ver con interés.
Por principio de cuentas, las carencias económicas de la Monogram son convertidas en virtud por Nosseck, su fotógrafo Jackson Rose y su editor Edward Mann. Así, la cinta no conoce el mínimo descanso desde que vemos el primer atraco de poca monta cometido por Dillinger hasta su enfrentamiento final en las calles de Chicago. Es más, los enlaces narrativos y las transiciones están realizados con más que mera funcionalidad, mientras que los encuadres y el manejo de la cámara no están faltos de elegancia (de hecho, se hacen de manera inteligente algunas elipsis de contenido, como la violenta escena del restaurante o la ejecución por parte de Dillinger de un par de ancianos).
El guión de Philip Yordan, que mereció una nominación al Oscar por cierto, no tiene demasiados escrúpulos históricos en su retrato de Dillinger -la cinta de Milius de 1973 y la reciente de Mann están más cercanos a los hechos reales de la vida del célebre asaltabancos-, así que el carismático ladrón es mostrado aquí como un oscuro psicópata capaz de matar a sangre fría nada más porque sí, lo que estaba algo alejado de la realidad. Vamos, Dillinger no era una hermanita de la caridad -robaba bancos, ¿no?-, pero es bien sabido que le disgustaba usar la violencia y evitaba, en la medida de lo posible, llevarse a alguien por delante, más si se trataba de algún civil -es decir, un ciudadano inocente. (Por otro lado, también es cierto que en alguna de sus bandas no faltaros los verdaderos criminales con el gatillo flojo, como el tristemente célebre Baby Face Nelson). En todo caso, insisto, Yordan se toma todas las libertades del mundo con el personaje, convirtiéndolo en una suerte de gangster fílmico tradicional que merecerá el comentario moralista implícito en el desenlace: acribillado por los G-Men federales, terminará con siete dólares y veinte centavos en sus bolsillos, el mismo primer botín que lo llevó a la cárcel.
Además de las virtudes estilísticas ya descritas, este modesto film-noir gangsteril tiene otro elemento a su favor: la magnética presencia del debutante Lawrence Tierney, (1919-2002) un actor que, a pesar de su buen porte y su fuerte personalidad, no logró convertirse en la estrella que, acaso, merecía ser. Tierney no tiene mucho parecido con el verdadero Dillinger, pero en el momento que aparece en pantalla no dudas un instante que el tipo sea capaz de empuñar un arma y cometer un asesinato. El carácter ingobernable de Tierney llegó a ser muy conocido (fuera y dentro de los escenarios) de tal manera que, en retrospectiva, su cameo en Perros de Reserva (Tarantino, 1992), puede ser entendido como un merecido homenaje a un tipo rudo como pocos. En el DVD en el que vi esta película, John Milius, el director del Dillinger de 1973, murmura un comentario en off en cuanto aparece Tierney en pantalla: "uff.. este tipo era tan malo como una serpiente". En un descuido, más malo que Dillinger.
El DVD de Región 1 de Dillinger (1945) está por encima del promedio: imagen aceptable, sonido estéreo y, como extras, además del trailer original, el comentario en audio de Milius y unos fragmentos de una entrevista realizada al guionista Yordan, quien hace un interesante recuento de la película y de su propia carrera como escritor en Hollywood. La cinta está disponible en el paquete número 2 de Film Noir y lo recomendable es conseguirla de esta manera. El precio es de risa loca, tomando en cuenta la cantidad de filmes que uno puede revisar en el citado paquete.

Comentarios

Joel Meza dijo…
Ya ví la de Mann. Espero encontrar las otras.
Joel Meza dijo…
Hace rato platicando con mi papá, le estaba recomendando la de Mann y me dijo que tiene curiosidad de verla porque ha visto ya "como tres o cuatro sobre Dillinger..." "... la última hace más de treinta años..."
Yo tratando de conseguirlas en DVD y mi papá las tiene en la memoria, cada una en su momento...

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