Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCLXXII
Lady Bird (Ídem, EU, 2017), de Greta Gerwig. Una simpática cinta de crecimiento y maduración juvenil en femenino que ha alcanzado cierta notoriedad por el clima cultural que está viviendo Hollywood en este momento. Si la Academia gringa quería nominar, y con mucha más justicia, a una mujer cineasta, tenían la oportunidad con Eliza Hittman y, especialmente, Kathryn Bigelow. But... Forget it, Jake: it's Hollywood. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado. (* 1/2)
Todo el dinero del mundo (All the Money in the World, EU, 2017), de Ridley Scott. Una dorada mediocridad que se vuelve un poco más visible por toda la historia detrás de las cámaras. Mi crítica in extenso, por acá. (-)
Bosque de niebla (México, 2017), de Mónica Álvarez Franco. Presentada en competencia en Morelia 2017, esta opera prima de la directora Álvarez Franco está centrada en un bosque de niebla del titulo que se encuentra en Veracruz, una zona de nuestro país que presume la mayor biodiversidad y que, al mismo tiempo, está continuamente amenazada. El filme nos muestra los esfuerzos de una comunidad, la cooperativa Las Cañadas por sobrevivir en ese casi mágico entorno natural, al mismo tiempo que se intenta re-construir una forma de vida sustentable, en todos los sentidos posibles. Una honesta crónica que muestra que otra forma de vida es posible. (*)
Pantera negra (Black Panther, EU, 2017), de Ryan Coogler. La película-presentación del Rey T'challa, mejor conocido como "Pantera negra" en el Universo Cinematográfico de la Marvel, es no solo demasiado solemne sino, además, demasiado consciente de su importancia como símbolo político-cultural en los Estados Unidos post-Obama. Con tanto peso a cuestas -o, mejor dicho, con tanto lastre-, es imposible que la película se eleve como debería. Michael B. Jordan, como el resentido villano Killmonger, se roba la película. Mi crítica in extenso, mañana mismo. (*)
Pantera negra (Black Panther, EU, 2017), de Ryan Coogler. La película-presentación del Rey T'challa, mejor conocido como "Pantera negra" en el Universo Cinematográfico de la Marvel, es no solo demasiado solemne sino, además, demasiado consciente de su importancia como símbolo político-cultural en los Estados Unidos post-Obama. Con tanto peso a cuestas -o, mejor dicho, con tanto lastre-, es imposible que la película se eleve como debería. Michael B. Jordan, como el resentido villano Killmonger, se roba la película. Mi crítica in extenso, mañana mismo. (*)
Autocrítica de un perrito burgués (Selbstkritik eines buergerlichen Hundes, Alemania, 2017), de Julian Radlmaier. Presentado en Berlín 2017, él segundo largometraje de Radlmaier es una curiosa comedia alemana en la que un aprendiz de cineasta llamado Julian (el propio director Radlmaier) trata de hacer una película dizque investigando las condiciones de trabajo en una compañía que cultiva manzanas. Acompañado por su amor platónico Camille (Deragh Campbell), Julian convive con los trabajadores -un par de exempleados de un museo, un inmigrante ruso, un monje que ha hecho voto de silencio porque es... bueno, ya lo verá-, discute con ellos, intercambia opiniones sobre la Europa post-marxista (¿y también post-capitalista tradicional?), tratando de encontrar la utopía de "un comunismo sin comunistas".
La cinta está repleta de citas culteranas de toda naturaleza (fragmentos de libros leídos, nombres de algunos personajes, situaciones argumentales que nos remiten a otras películas) y su humor es muy disparejo, pero la cinta en sí se deja ver con mucha facilidad. En lo personal, siempre me ha parecido que el temperamento alemán no es el mejor para la comedia cinematográfica, pero no puedo negar que Radlmaier dirige con la suficiente ligereza como para entretener la mayor parte del tiempo. (* 3/4)
Comentarios
Nunca entendí por qué si el actor favorito de Coogler es Michael B. Jordan, no lo escogió a él para ser el Pantera. Fue lo único bueno de la pelicula y sale bien poquito.
Aunque pensándolo bien, lo mas probable es que hayan sido ordenes de los patrones. Qué hueva.
Y qué hueva de película. La ultima pelea, atascada de CGI y donde no se entiende nada, es un verdadero esperpento.
Anónimo: Ese es el lastre. El discurso político supera el discurso dramático.