La La Land: una historia de amor
Vista en Morelia 2016, cuando ya se hablaba de la posibilidad de que sería una de las cintas oscareables unos meses después, especialmente por el premio a Mejor Actriz a Emma Stone en Venecia 2016, La la land: una historia de amor (La la land, EU, 2016), ha merecido su estreno (dizque) nacional después de un par de semanas de pre-estreno en la Ciudad de México y otros lugares.
Estamos en Los Ángeles, en un freeway, en un horrendo embotellamiento. No importa: aun en esas condiciones, los angelinos quieren vivir, soñar, ser felices, como lo demuestran al empezar a cantar y bailar entre los automóviles, siempre seguidos por la cámara de Linus Sandgren en un ¿hechizo? pero soberbio plano-secuencia ("Another Day of Sun").
Después de este primer número -un auténtico show stopper que, además, ¡es el primero de la película!-, el director Damien Chazelle (temprana obra mayor Whiplash: Música y obsesión/2014) nos presenta la historia del amor del subtítulo en español entre la aspirante a actriz Mia (prodigiosa Emma Stone, ganadora del premio a Mejor Actriz también entre el Sindicato de Actores gringos) y el fracasado jazzista Sebastian (Ryan Gosling).
Ella sufre en cada audición en la que fracasa, por más que sus amigas le tratan de elevarle el ánimo invitándola a salir ("Someone in the Crowd"), mientras que él vive por su propio sueño de tener un bar en el que se toque un jazz verdadero, un jazz puro, música de verdad ("City of Stars"). Por supuesto, de acuerdo con los cánones de la comedia romántica, Mia y Sebastian se conocerán, se caerán mal, chocarán en más de una ocasión pero, qué remedio, terminarán enamorándose ("A Lovely Night").
Chazelle se ha apoderado no solo de la estructura y los tics del musical clásico -la cinta descansa, básicamente, en dos de las fuentes más venerables del género a los dos lados del Atlántico, Cantando bajo la lluvia (Donen y Kelly, 1952) y Los paraguas de Cheburgo (Demy, 1964)- sino, también, de su vitalidad e inventiva visual y formal. Por un lado, estamos ante una película energética que no deja descansar un momento la vista ni el oído. Cada número está montado con ingenio, gracia y humor. Si bien es cierto que Gosling no es Gene Kelly -brincos diera, pero nadie lo es- y que Miss Stone no es tan buena bailarina como Debbie Reynolds, la verdad es que sí es (¡herejía!) mejor actriz. Si no lo cree, vea el número más sencillo de la película, "Audition (The Fools Who Dream"), con Emma Stone, sola y su alma, cantando, bajo una mancha de luz. Ella nada más, con su voz y su mirada, vuelve a detener la película, sin necesidad de los fuegos artificiales del primer número "Another Day of Sun".
Pero si por un lado tenemos esa energía desbordada, por el otro tenemos una corriente melancólica, subterránea pero implacable, que empieza a correr en paralelo a la alegría que se muestra desde el inicio, en un muy complejo tono narrativo que proviene del mejor cine de Jacques Demy.
A estas alturas del juego, es más que probable que ya sepa usted en qué sentido va esta historia de amor que presume, por si fuera poco, una secuencia final que resulta tan devastadora como, paradójicamente, esperanzadora. Los sueños se pueden lograr a veces, claro que sí, pero hay que recordar que todo, incluso los sueños más deseados, tienen un costo. Se llama vida.
Comentarios
A ver si al rato que tenga un tiempito escribo unas líneas que he estado pensando con respecto a esta linda película.
Quisiera hacer unos breves apuntes sobre lo que pienso de La La Land ahora que ya la vi.
Para empezar encuentro muy difícil de creer que durante un embotellamiento la gente salga de sus autos y se ponga a bailar en pleno segundo piso de Los Angeles. Yo todos los días tomo el de aquí de la Ciudad de Mexico y jamas he visto que la gente haga eso y miren que las condiciones están dadas ya que siempre hay trafico.
También me parece poco creíble que unas muchachitas que están en Los Angeles tratando de buscar la fama, vivan tan tranquilas y sin problemas de ninguna especie y puedan asistir a esas fiestas tan elegantes con esos vestidos tan costosos. ¿Qué el director no habrá visto Mulholland Drive? La gente que busca eso termina loca, drogadicta y suicidándose. Y hablando de eso, ¿cómo es que Mia, el personaje interpretado por Emma Stone, puede tener un Toyota Prius si solo vive de servir cafe en un Starbucks glorificado? No no no, que me disculpe Alfred Hitchcock pero eso si no lo puedo creer, es inverosímil y un insulto a mi inteligencia de espectador y cinéfilo.
Otra cosa que verdaderamente me molestó: vi varias escenas donde cae nieve en Los Angeles, ¡eso no es posible! creo que hace como cinco décadas que eso no pasa ¿por quien nos toma este director. De verdad cree que nacimos ayer, no?
Prosigo con mi sesudo análisis. ¿Cómo es que Sebastian, el personaje interpretado por Ryan Gosling, vive tan holgado y tranquilo si solo vive de tocar cancionsuchas en bares de quinta? Yo tengo un amigo que estudió en el Conservatorio y batalla mucho tratando de vivir de la música. Además, ¿por qué Seb se viste como si viviera en la década de los 50's? O sea, se supone que la película es contemporánea no? ¿Por qué esa esos zapatos, ese carro tan viejo y ese reloj tan vintage? Definitivamente otro error por parte del diseño de producción.
Luego, otra cosa que me parece poco plausible es que lleguen al parque Griffith y digan que han visto cosas mejores y no sé qué, pero eso sí, se ponen a bailar ooootra vez, y dale con la bailada, ¿qué no ven que me aburro?
Y bueno, lo que sigue casi hizo que me saliera de la sala, o como se dice correctamente en el mundo de la Alta Cinefilia, al cual claramente pertenezco: que hiciera un walk out. La escena en el observatorio. ¿Quién demonios les va a creer que el pañuelo vuela solito y luego ellos ¡también vuelan! Y no conforme con eso, ¡llegan a las estrellas y se ponen a bailar flotando en el espacio! ¿Cómo llegaron ahí? ¿A través de un agujero de gusano? Eso fue lo peor.
Otra cosa que quisiera señalar es que no vi suficientes negros, chinos, filipinos, alopécicos y esquimales en el elenco. Le falta diversidad, o sea, estamos casi en 2020 y no es posible que el director no sea consciente de esto.
Y bueno, ya para terminar, solo quisiera decir que me parece una película sumamente derivativa y en deuda con los grandes clásicos de los 30s y 40s ¿por qué no, en lugar de hacer una copia como esto mejor no se dedican a hacer historias originales que redefinan el cine como lo conocemos? No sé, un neo-noir-western-thriller en el espacio pero que los vaqueros en lugar de montar caballos, monten dinosaurios y que además usen katanas de samurais en lugar de pistolas. ¡Eso sí sería original!
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Pd: Idioteces como esta son las que he tenido que soportar últimamente con respecto a esta pelicula, solo quería hacer una sátira, stedes disculpen :P