Morelia 2012/I
Llegué ayer a una Morelia lluviosa -no es normal en estas fechas, me decía un oriundo de esta bella ciudad- y de inmediato me fui al cine a ver No (Chile-México-EU, 2012), cuarto largometraje del maestro -ya es hora de empezar a llamarlo así- Pablo Larraín. La cinta es una capciosa crónica de la campaña política por el "No", a finales de 1988, cuando por presiones internacionales, el dictador Augusto Pinochet aceptó un plebliscito en el que la población votaría por dos opciones: que se quedara 8 años más ("Sí") o dejara el poder ("No"). Como esta película se estrenará comercialmente el próximo 9 de noviembre y escribiré de ella en Reforma, sólo quisiera señalar tal vez no sea tan contundente como Post Mortem (2010) pero es bastante más lúcida y, al mismo tiempo, insidiosa.
No fue exhibida en el Centro de Convenciones, como cinta inaugural. Yo no la vi ahí, sino en una de las salas de Cinépolis Centro, el pequeño conjunto de cinco cines que sirven como una de las sedes -la más practica, en lo personal- de FICM. En cuanto salí de No entré a ver una opera prima de la que tenía las mejores referencias posibles: Bestias Salvajes del Sur (Beasts of the Southern Wild, EU, 2012), debut del neoyorkino Benh Zeitlin.
La cinta es la exploración lírica de un ethos muy particular: el de un pequeño grupo de habitantes del "Bathtub", una paupérrima y libérrima zona ficticia ubicada en algún lugar del bayou de Louisiana. Esta gente está acostumbrada a vivir y morir rodeada de agua, cantando, comiendo, tomando. No saldrán de ahí, por más que el gobierno intente una y otra vez desalojarlos. Y no llorarán por su muertos, porque como le dice, le grita, le exige Wink (Dwight Henry) a su irrefrenable hija de seis años Hushpuppy (Quvenzhané Wallis, la revelación del año), ella tiene que aprender a sobrevivir en un mundo de animales salvajes.
La perspectiva narrativa de esta cinta proviene de la mirada infantil de Hushpuppy, de tal forma que el filme es invadido continuamente por imágenes provenientes de la fértil imaginación de nuestra protagonista, con todo y aparición de unos animales míticos: unos cerdos cornudos y gigantescos a los que tendrá que enfrentar la niña para demostrar que ha crecido. Y que es digna hija de su padre. Y que no se va de ahí. Y que nunca será derrotada.
Hasta donde entiendo, la película será distribuida en México a inicios del próximo año. Ojalá que así sea.
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