Pídala Cantando/XLVIII
El camarada Saúl Bass Bolio me pidió que rescatara lo que escribí de La Lista Negra hace varios años. Como no:
La Lista Negra (Zwatboek,
Holanda-Alemania-Bélgica, 2006), décimo-cuarto largometraje del holandés
hollywoodizado convertido en hijo pródigo Paul Verhoeven, está supuestamente
basado en hechos reales –aunque ni Verhoeven ni su coguionista Gerard Soeteman
aclaran en los créditos las fuentes de información. En todo caso, he aquí la increíble
historia de una atractiva joven judía rica, Rachel (Carice van Houten), quien
termina trabajando para la “audaz” Resistencia holandesa en plena ocupación
nazi.
He
colocado las comillas en el adjetivo audaz porque, en realidad, este acezante
thriller de espionaje muestra que la única audacia proviene de la indómita
Rachel, quien para pasar como una despampanante cantante aria de raza pura, se
hace llamar Ellis y se tiñe el pelo de rubio, incluyendo el vello púbico, en
una desfachatada escena vulgar, típica del mejor Verhoeven. Pronto nos daremos
cuenta, de hecho, que la
Resistencia holandesa está llena de traidores y colaboracionistas
y que no todos los nazis son exactamente unas bestias, pues el enamorado de
Rachel/Ellis –el oficial alemán Müntze (Sebastian Koch)- resulta ser más
heroico que muchos, aunque las razones de su integridad sean más bien
nebulosas.
No
es novedad lo ambiguo del planteamiento ideológico tratándose de Verhoeven. Su
cine siempre está en el filo de la navaja, provocando a todo el que se deje. Ya
en una de sus cintas mayores, la futurista película bélica Invasión (1997), era
imposible separar la supuesta crítica social del franco regodeo provocador: el
retrato de esa sociedad supremacista/militarista con todo y sus símbolos y
medios de comunicación totalitarios –los comerciales que aparecen en la cinta
parecen una versión jocosa de los spots del “tesorito” en aguas profundas del
(des)gobierno de Calderón- expresa una crítica al fascismo que bien puede
confundirse con la franca admiración por ese mismo régimen.
Algo
similar sucede en La Lista Negra
con la inversión típica de buenos y malos, pues los héroes de la Resistencia no lo son
tanto y los nazis –o, por lo menos, uno de ellos- no son los villanos
irredimibles que estamos acostumbrados a ver. Así, Rachel/Ellis se mueve entre
estos dos bandos invertidos, entre traiciones, sangre y (literalmente) mierda, escapándose una y otra vez en el
último minuto, cual heroína griffithiana vulgarizada, sin duda hiper-sexualizada,
terriblemente vilipendiada, pero nunca envilecida. Los viles son otros, no
ella.
Comentarios
Por algunos breves instantes me recordó a ese desencantado retrato de la guerra que es 'Ejército de Sombras' del Maestro Melville.
Gran cinta.
hola enfermeraaaa!
Un saludo from Madrid.
Teo: Buena mini-reseña. Bienvenido a los comentarios. Interesante tu blog y tu trabajo.
Joel: Ah, pues vela.
saludos de saúl baas aka sabassbo.