Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXL




Solteras (México, 2019), de Luis Javier Henaine. Mi crítica del segundo largometraje de Henaine, por acá.

Jamás llegarán a viejos (They Shall Not Grow Old, GB-Nueva Zelanda, 2018), de Peter Jackson. Publiqué sobre este documental un amplio texto en Letras Libres hace unas semanas.

La última tarde (Perú-Colombia, 2016), de Joel Calero. Laura Gatti (Katerina D'Onofrio) y Juan Ramón Medina (Lucho Cáceres, mejor actor en Lima 2016) se encuentran después de 19 años de no verse. ¿La razón?: ante la ley siguen casados y ella necesita el divorcio para resolver algunos asuntos legales que tienen que ver con alguna propiedad de su madre.
Laura y Ramón provienen de orígenes muy distintos -ella era una hija de familia de la alta burguesía limeña, él es de Cuzco y de extracción popular- pero más de dos décadas atrás compartieron las mismas ideas políticas radicales. Para acabar pronto, fueron luchadores sociales o, mejor dicho, terroristas, dependiendo desde dónde se juzgue su pasado.
El guion escrito por el propio cineasta está centrado en la larga conversación que tienen los dos personajes antes de firmar el papel que finalmente los divorciará. Estamos ante una suerte de Antes del atardecer (Linklater, 2004) peruana en el que las conversaciones tienen aristas no solo nostálgicas -sobre la vida que pudo ser y no fue- sino políticas -por ejemplo, ¿qué significa exactamente luchar por el "pueblo"?
La cámara de Mario Bassino sigue a los dos actores -espléndidos, muy en su papel, muy naturales- en largas caminatas -una de ellas por el legendario barrio de Miraflores- a través de eficaces tomas extendidas o permanece estratégicamente estática , mientras los dos chocan, pelean, hablan y se descubren de nuevo.

Lupe bajo el Sol (México, 2016), de Rodrigo Reyes. El tercer largometraje de Reyes -y primero de ficción- (después de los documentales Memorias del futuro/2012 y Purgatorio: viaje al corazón de la frontera/2013) es una cinta realizada, de todas formas, con ciertos elementos del cine documental, pues la historia, escrita por el propio cineasta, está protagonizada por actores no profesionales en locaciones auténticas.
El Lupe del título (Daniel Muratalla) es un trabajador mexicano que pizca duraznos en algún lugar del sur de California. Seguimos al hombre, de unos sesenta años de edad, por su vida cotidiana: se levanta a las cuatro, va a la Planada en donde trabaja, tiene problemas de salud (sobrepeso, corazón) y duerme con una mujer (Ana Muratalla), aunque tiene otra en México, que no quiere saber nada de él.
La más lograda de las películas de Reyes hasta el momento, Lupe bajo el Sol está lastrada, de todas formas, por un tono lacónico y minimalista que delata su pertenencia a una corriente, el slow-cinema, que, por lo menos desde esta trinchera, ya está agotada. Igual, la película ganó un par de premios en el Brooklyn International Film Festival de 2017.

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