Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXXVIII



Corazón borrado (Boy Erased, EU, 2018), de Joel Edgerton. El segundo largometraje como cineasta del buen actor australiano Edgerton es un sólido melodrama familiar centrado en lo que sucede cuando un jovencito (el ascendente Lucas Hedges) les dice a sus padres cristianos (Nicole Kidman y Russell Crowe) que es homosexual. Mi crítica, escrita para el diario ContraRéplica, acá.

Burning (Beoning, Corea del Sur, 2018), de Chang-dong Lee. El más reciente largometraje del exministro de cultura sudcoreano, novelista y cineasta Lee está basado en un cuento de Murakami pero, en realidad, creo que hay más influencia de Patricia Highsmiht. Por acá lo argumento.

El joven Karl Marx (Le jeune Karl Marx, Francia-Bélgica-Alemania, 2017), de Raoul Peck. Esta cinta está disponible desde hace casi un año en streaming y por acá escribí de hace buen rato.

El bosque maldito (The Hole in the Ground, Irlanda, 2018), de Lee Cronin. Una joven madre llega a vivir a un zona rural de Irlanda con su pequeño hijo de unos siete-ocho años. Es obvio que la mujer, Sarah (Séana Kerslake), viene huyendo del marido y padre del chamaco, pues oculta una cicatriz en la frente y no quiere hablar del pasado. El problema, como lo anticipa el título en español, es que su nueva casa está ubicada en un "bosque maldito" -aunque, a decir verdad, lo "maldito" no es el bosque, sino un cráter enorme (el hoyo en el suelo del título en inglés) que está a unos cuantos pasos de su hogar. Cierto día, Chris (James Quinn Markey, muy efectivo) se pierde en el bosque y, al parecer, ha caído en el susodicho agujero, aunque cuando su mamá está a punto de reportar que su hijo se ha perdido, el chamaco aparece.
A partir de entonces, entramos en terrenos muy familiares a cierto tipo de horror centrado en la relación materno-filiales (desde El bebé de Rosemary/Polanski/1968  hasta la reciente The Babadook/Kent/2014 pasando por El exorcista/Friedkin/1973), pues resulta que Sarah no cree que Chris sea su hijo. La aparición de una desquiciada vecina (la actriz de Kaurismaki, Kati Outinen) que, de hecho, le avisa que ese chamaco no es su hijo provoca más temores paranoicos en la mujer que empieza a ver (¿o se lo imagina?) que el niño tiene comportamientos muy extraños.
Un buen palomazo de cine de horror que se ve favorecido por un espléndido reparto, una ejecución eficaz y una partitura de Stephen McKeon que ayuda a crear un auténtico clima de horror psicológico. No creo que todo quede explicado de la mejor manera hacia el final, pero eso es lo de menos.


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