Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXLV
Hermia y Helena (Argentina-EU, 2016), de Matías Piñero. La mejor película neo-shakespeariana de Piñeiro -tanto en la forma como en el fondo- está ubicada entre Buenos Aires y Nueva York, con las inevitables Agustina Muñoz y María Villar en los papeles protagónicos. Mi crítica en la sección Primera Fila del Reforma del viernes pasado. (** 1/2)
El lobo detrás de la puerta (O lobo atrás da porta, Brasil, 2013), de Fernando Coimbra. La multipremiada opera prima de Fernando Coimbra -vista en Guadalajara 2014- finalmente ha tenido su estreno cultural en la Cineteca y salas afines. Mi crítica, in extenso, por acá. (***)
Baby: el aprendiz del crimen (Baby Driver, EU-GB, 2017), de Edgar Wright. El sexto largometraje de Wright es un entretenido video-musical que tiene algunos momentos virtuosos gracias a la perfecta edición visual/musical, pero que está lastrado por un actor protagónico desprovisto de todo carisma y por una serie de clichés que ni siquiera son comentados/deconstruidos con la suficiente gracia. Mi crítica, el próximo martes en este blog. (* 1/2)
Hazlo como hombre (México-Chile, 2017), de Nicolas López. El noveno largometraje del exitoso cineasta y productor chileno Nicolás López es una inocua -aunque a veces cae en lo inicua- comedia de enredos en la que un trío de muy machotes amigos vive una crisis cuando uno de ellos (Alfonso Dosal) les confiesa a los otros dos que es gay. Aunque el hipster (un impecable Humberto Bustos) se lo toma a bien, el otro, el homofóbico y machista Raúl (Mauricio Ochmann), no puede aceptar que a su amigo del alma sea "un desviado". La comedia tiene buenas intenciones, pero casi nada más que eso. Escribiré de ella en los próximos días en este mismo blog. (+)
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