Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXLVI
La delgada línea amarilla (México, 2015), de Celso García. La opera prima de García es una road-movie a pata bastante convencional que se beneficia de un cuarteto de actores veteranos (Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Gustavo Sánchez Parra y Silverio Palacios) que podrían hacer interesante hasta la lectura del directorio telefónico. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado. (* 1/2)
Mis mejores días (Trois souvenirs de ma jeunesse, Francia, 2015), de Arnaud Desplechin. Esta tardía secuela -en realidad, precuela- de Comment je me suis disputé... (ma vie sexuelle) (1996) nos muestra a nuestro viejo conocido, Paul Dedalus (Mathieu Almaric) convertido en un funcionario cincuentón que regresa a París después de haber trabajado una larga temporada en varios países exsoviéticos. En el regreso, vendrán a su memoria los tres recuerdos de su juventud del título original. En concreto, sobre su problemática infancia con una madre suicida y un padre violento y distante; sobre su adolescencia, cuando fue espía por un día en cierto viaje escolar a Minsk; y finalmente sobre el inicio de su tormentosa relación amorosa con Esther (Lou Roy-Lecollinet), a quien conocimos en el filme de los noventa interpretada por Emanuelle Devos.
Aquí esta la clave del fracaso de este nuevo largometraje de Desplechin. Aunque la señorita Roy-Lecollinet es muy guapa y el debutante Quentin Dolmaire no lo hace nada mal en el papel del Paul joven, la realidad es que basta que reaparezca Almaric hacia el final del filme, en el epílogo, para recordar que el triunfo de Comment je me suis disputé... radicaba no solo en la experta apropiación de los ires y venires amorosos rohmerianos de nuestro protagonista con sus tres mujeres (interpretadas por Devos, Marianne Denicourt y Jeanne Balibar), sino en el magnífico reparto que rodeaba al jovencito Almaric. Por desgracia, el reparto de Mis mejores días no tiene el mismo peso ni el talento -Almaric solo está en el inicio y al final, André Dussollier aparece nada más en cameo-, por lo que las aventuras y desventuras de Paul me resultaron, qué remedio, mucho menos interesantes. (-)
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