A Hard Day's Night
A medio siglo de su estreno, ha vuelto a las pantallas nacionales A Hard Day's Night (GB, 1964), el debut fílmico de Los Beatles, acaso el más perfecto
videoclip realizado en la historia del cine.
Aunque el guion de Alun Owen fue
nominado para el Oscar, en realidad la película no tiene una historia
particularmente compleja. En todo caso, la “trama” no es otra que el seguir
durante un día a Los Beatles, desde el momento en que abordan un tren seguido
por cientos de fanáticas histéricas hasta que se suben a un helicóptero después
de haber cantado para la televisión frente a otros centenares de extasiadas
beatlemaniacas. Entre canción y canción, hay persecuciones a la Sennet, gags
visuales, algunas chistosas one-liners
y una curiosa subtrama sobre el abuelo de Paul, John McCartney (el comediante
Wilfrid Brambell), quien le causa más de un problema al Cuarteto de Liverpool.
Lo notable es que esta ligerísima historia sirve de mero excipiente para
que Los Beatles aparezcan frente a nosotros con sus personalidades públicas (¿y
privadas?) bien formadas: Lennon como el eterno rebelde, McCartney como el
romántico, Harrison como el serio y responsable, Ringo como “el colado” del
grupo.
¿Qué tanto el guion de Owen y la dirección de Lester crearon y recrearon
estas definiciones y qué tanto son sólo mostradas espontáneamente por la
siempre móvil cámara de Gilbert Taylor? Dicho de otra manera: ¿qué tanto de
falso tiene este falso documental? ¿Qué tanto de verdad hay en el sentimiento
de Ringo de sentirse “el arrimado” del cuarteto, qué tanto de auténtica muestra
de su personalidad es ver a Lennon hacer mofa del patriotismo británico cuando
juega con un barquito en su bañera, qué tan premonitorio es ver el big close-up de McCartney reproducido
media docena de veces en la misma pantalla cual muestra de su supuesta vanidad,
qué tanto hay del verdadero Harrison en la ironía y seriedad que muestra las
más de las veces?
Lester, que en esos años tenía una buena reputación como director
televisivo y que luego se convertiría en uno de los grandes cineastas de los
60’s y 70’s, echó mano de todos los tics estilísticos del momento y de las
corrientes de vanguardia europeas (la nouvelle
vague y el free-cinema inglés,
básicamente) para dotar a la película de una narrativa ágil, relajienta,
desparpajada, como los propios ires y venires de John, Paul, George y Ringo.
Lo mejor del filme es, acaso, su “desenlace” –por llamarlo de alguna
manera. Las imágenes de esta secuencia final –o unas muy similares- se han
visto infinidad de veces en la televisión, en noticieros o documentales, pero
verlas de nuevo y en pantalla grande es otro boleto: los Beatles cantando sus
éxitos del momento –y de siempre- mientras su extasiado público femenino llora,
grita, brinca, casi se desmaya, entra en trance y repite los nombres de ellos
cual “mantra”, como si ellas supieran el verdadero y oculto significado de los
nombres John, Paul, George, Ringo...
Una secuencia extraordinaria, que resuena
aún en la historia de la cultura popular del siglo XX y de los que sigan.
Comentarios
Seeee, antes de que pregunten, no, no la he visto. Tampoco he visto Lorenzo de Arabia, ni modo que uno nazca viendo todo...
:P
¿Qué no es "A Hard DAY'S Night" y no al revés?
Me confunden oigan!!!
Un breve off-topic que quiero comentar antes que alguien me lo gane,
Ese momento en Mommy, cuando se escucha la canción Wonderwall de Oasis y el personaje principal hace: "eso que es evidente y que no voy a revelar para todos aquellos que no la han visto pero que cuando lo haga sabrán de qué estoy hablando", se me hizo a la par de ese momento en La Jetée de Chris Marker, cuando luego de un ratote, uno de los personajes adquiere movimiento.
La magia del cine haciendo su aparición en manos de un director en completo dominio de sus recursos y manejándolos a su antojo para nuestro asombro y admiración.
Qué maravilla.
Se me hace que esa película se anda colando a mi numero uno del año. Que se me hace...
Solo tengo que ver nuevo la de los vampiros snobs enamorados de Jarmusch, Boyhood, el Hotel Budapest y ver por primera vez Whiplash e Inherent Vice.
Menuda tarea para de aquí a un mes :/
Ya la vide.
Si da mucha emocion ver a tremendas leyendas de jovencitos cantando y haciendo desmanes.
El rolling gag de que Ringo es el apestado del grupo es sensacional. Y esa secuencia donde él precisamente, anda medio perdido, muy en deuda con la nouvelle vague, paga el boleto.
Compraré la edición Criterion :)