Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCLIII
Filosofía Natural del Amor (México, 2013), de Sebastián Hiriart. Con su segundo largometraje, Hiriart reafirma que los logros de su opera prima, A Tiro de Piedra (2010), no fueron casualidad. Volveremos a esta película en los próximos días.
Un Toque de Pecado (Tian zhu Ding, China, 2013), de Zhang-ké Jia. De lo mejor que vi el año pasado. Mi crítica, in extenso, por acá.
En el Tornado (Into the Storm, EU, 2014), de Steven Quale. Un churro irredento que podría haberse beneficiado con la presencia de algunos tiburones en los tornados que asolan algún pueblito del medio-oeste americano. Mi crítica en el Primera Fila de Reforma del viernes pasado.
Amor de Mis Amores (México, 2014), de Manolo Caro. El tercer largometraje de Caro presume más o menos las mismas virtudes de su exitosa opera prima -No Sé Si Cortarme las Venas o Dejármelas Largas (2013)- pero, también, las mismas insuficiencias. Una crítica extensa mañana mismo en este blog.
Vic y Flo Vieron un Oso (Vic + Flo ont Vu un Ours, Canadá, 2013), de Denis Côté. El séptimo largometraje de Côté es,
seguramente, el más accesible que ha hecho hasta le momento, aunque el
espectador no debe esperar demasiados convencionalismos ni una narración
fílmica que deje cada elemento aclarado.
Vic (Pierrette Robitaille) tiene 61
años y acaba de salir de prisión. Su delito nunca es conocido por los
espectadores, aunque es de suponer que fue algo grave, pues la mujer fue
sentenciada a cadena perpetua. Vic ha decidido vivir en el bosque, en una
suerte de antiguo trapiche cuyo dueño es su anciano tío Emile (Geroges Molnar),
quien ha quedado sin habla y en una silla de ruedas.En ese alejado sitio Vic
empezará a recibir visitas: su joven amante iletrada Flo (Romane Bohringer),
quien también acaba de salir de la cárcel después de una condena de 10 años; el
joven y amable oficial policiaco Guillaume (Marc-André Grondin), quien es el
encargado de vigilar que todo marche bien alrededor de la recién liberada bajo
palabras; y una jovial mujer madura, Marina St. Jean (Marie Brassard), quien
hace migas con Vic de inmediato, aunque luego sabremos que tiene otros
intereses.
Côté va cambiando el registro del filme en la medida que este avanza:
al inicio pareciera que estamos en una suerte de contemplativo melodrama
femenino; después, hay algo de comedia excéntrica en la medida que vamos
conociendo a Vic y a los demás personajes; al final, la cinta se adentra en los
terrenos del thriller sólo para desembocar en un epílogo sobrenatural y
amoroso. Un filme notable.
Comentarios
Saludos!