Homenaje a Chabrol/VII
Es inevitable trazar vasos comunicantes entre la vasta obra de Claude Chabrol y la no menos prolífica de Alfred Hitchcock. De hecho, el propio Chabrol no era ajeno a este tipo de estudios comparativos, como algunas de sus entrevistas lo hacen notar. En el caso de La Dama de Honor (La demoiselle d'honneur, Francia-Alemania-Italia, 2004), las influencias hitchcockianas son inocultables.
Aunque, para ser justos, habría que apuntar que este filme de Chabrol está basado en la novela The Bridesmaid, de la escritora inglesa Ruth Rendell. Y si el guión, escrito por el propio cineasta en colaboración con Pierre Leccia, se parece demasiado a la premisa de Pacto Siniestro (Hitchcock, 1951), habría que pensar, en todo caso, que Rendell fue la que, en su libro, homenajeó a Patricia Highsmith y su clásica novela criminal Extraños en el Tren (1950), que sirvió de base, precisamente, para Pacto Siniestro. A este polígono de influencias -Highsmith: Rendell, Hitchcock: Chabrol- habría que apuntar otro más: el destructivo amour-fou de estirpe surrealista/buñueliana.
La trama está centrada en la obsesión sexual/pasional que surge entre el joven contratista Philippe (Benoît Magimel) y la prima de su cuñado, la desequilibrada Senta (Laura Smet). No terminaban de cruzar palabra en la boda de la hermana de Philippe, cuando a través de la mirada los dos ya se habían dicho todo. Para Philippe, Senta es una imprevisible caja de sorpresas: apasionada, mitómana, extravagante, peligrosa, impredecible. Cuando ella le plantea algunas pruebas absolutas de amor -entre ellas, cometer un asesinato-, él le sigue el juego, de la misma forma que le cree -o dice creerle- que fue extra en una película de Woody Allen o que viajó por medio mundo. Total, seguirle la corriente a una mujer tan fascinante no le hace daño a nadie... ¿o sí?
Los ecos de Extraños en el Tren -el intercambio de asesinatos- y de La Soga (1948) -el crimen como una prueba de superioridad- son evidentes en La Dama de Honor, todo ello aderezado por la pasión indomable, autodestructiva, que empuja a Philippe en dirección de Senta. Ella no puede evitar hacer lo que hace y él no puede evitar amarla. Hasta el final. Hasta el último momento.
La Dama de Honor se exhibe hoy miércoles en la Cineteca Nacional a las 18:15 y a las 20:30 horas.
Aunque, para ser justos, habría que apuntar que este filme de Chabrol está basado en la novela The Bridesmaid, de la escritora inglesa Ruth Rendell. Y si el guión, escrito por el propio cineasta en colaboración con Pierre Leccia, se parece demasiado a la premisa de Pacto Siniestro (Hitchcock, 1951), habría que pensar, en todo caso, que Rendell fue la que, en su libro, homenajeó a Patricia Highsmith y su clásica novela criminal Extraños en el Tren (1950), que sirvió de base, precisamente, para Pacto Siniestro. A este polígono de influencias -Highsmith: Rendell, Hitchcock: Chabrol- habría que apuntar otro más: el destructivo amour-fou de estirpe surrealista/buñueliana.
La trama está centrada en la obsesión sexual/pasional que surge entre el joven contratista Philippe (Benoît Magimel) y la prima de su cuñado, la desequilibrada Senta (Laura Smet). No terminaban de cruzar palabra en la boda de la hermana de Philippe, cuando a través de la mirada los dos ya se habían dicho todo. Para Philippe, Senta es una imprevisible caja de sorpresas: apasionada, mitómana, extravagante, peligrosa, impredecible. Cuando ella le plantea algunas pruebas absolutas de amor -entre ellas, cometer un asesinato-, él le sigue el juego, de la misma forma que le cree -o dice creerle- que fue extra en una película de Woody Allen o que viajó por medio mundo. Total, seguirle la corriente a una mujer tan fascinante no le hace daño a nadie... ¿o sí?
Los ecos de Extraños en el Tren -el intercambio de asesinatos- y de La Soga (1948) -el crimen como una prueba de superioridad- son evidentes en La Dama de Honor, todo ello aderezado por la pasión indomable, autodestructiva, que empuja a Philippe en dirección de Senta. Ella no puede evitar hacer lo que hace y él no puede evitar amarla. Hasta el final. Hasta el último momento.
La Dama de Honor se exhibe hoy miércoles en la Cineteca Nacional a las 18:15 y a las 20:30 horas.
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