The Walking Dead
No veo muchas series de televisión. El asunto es que hay que invertir mucho tiempo y esto es lo que menos sobra. Es cierto que algunas de mejores las narraciones visuales de la última década han estado en la televisión -Los Sopranos, The Wire, Six Feet Under, Roma, Mad Men- pero también es cierto que, al final, uno se pregunta si el tiempo invertido en alguna que otra serie televisiva -Treme, que no terminé de ver; Dexter, que sólo he visto un par de temporadas; 24, que me salté su temporada final; True Blood, que ha tenido momentos chafísimos- no habría estado mejor usado (re)descubriendo algún clásico fílmico o (re)leyendo un buen libro.
Por todo lo anterior, me dispuse a ver, con más escepticismo que entusiasmo, el episodio piloto de la teleserie creada por Frank Darabont, The Walking Dead (2010), dirigido por el mismo Darabont. Después de todo, pensé, hay que darle el beneficio de la duda a una serie televisiva en la que los zombies dominan la tierra. No se ve esto todos los días en la pantalla chica.
La historia -con inocultables guiños tanto a la seminal La Noche de los Muertos Vivientes (Romero, 1968) y a la primera versión fílmica de la novela Soy Leyenda, The Last Man on Earth (Salkow y Ragona, 1964), como al más reciente Exterminio (Boyle, 2002) o al remake El Amanecer de los Muertos (Snyder, 2004)- inicia cuando un policía de una pequeña localidad de Kentucky, Rick Grimes (Andrew Lincoln), se despierta en una cama de un desolado hospital, para descubrir que, durante su periodo en estado de coma, los zombies han tomado el control.
En este primer episodio no sabemos por qué sucedió esto, pero siempre será lo de menos: Romero nunca ha dado demasiadas explicaciones al respecto en su interminable saga zombiesca. Por lo pronto, sólo acompañamos a Grimes en su lento despertar, en más de un sentido: no sólo físico sino emocional, pues se da cuenta que en este nuevo mundo en el que ha renacido, el mayor gesto de amor posible puede ser dispararle en la cabeza a la persona que más amaste.
No hay mayores novedades temáticas/argumentales: los "caminantes" -es decir, los muertos vivientes- buscan carne fresca para comer, pueden ser eliminados al descerrajarles su cabeza a disparos o batazos, y los pocos sobrevivientes humanos están escondidos, arrinconados, en algún sitio. Rick inicia la búsqueda de su mujer e hijo que, está seguro, viven sanos y salvos en algún lugar. Pero el camino no será sencillo: el espléndido top-shot final de este primer episodio, lo demuestra.
Por todo lo anterior, me dispuse a ver, con más escepticismo que entusiasmo, el episodio piloto de la teleserie creada por Frank Darabont, The Walking Dead (2010), dirigido por el mismo Darabont. Después de todo, pensé, hay que darle el beneficio de la duda a una serie televisiva en la que los zombies dominan la tierra. No se ve esto todos los días en la pantalla chica.
La historia -con inocultables guiños tanto a la seminal La Noche de los Muertos Vivientes (Romero, 1968) y a la primera versión fílmica de la novela Soy Leyenda, The Last Man on Earth (Salkow y Ragona, 1964), como al más reciente Exterminio (Boyle, 2002) o al remake El Amanecer de los Muertos (Snyder, 2004)- inicia cuando un policía de una pequeña localidad de Kentucky, Rick Grimes (Andrew Lincoln), se despierta en una cama de un desolado hospital, para descubrir que, durante su periodo en estado de coma, los zombies han tomado el control.
En este primer episodio no sabemos por qué sucedió esto, pero siempre será lo de menos: Romero nunca ha dado demasiadas explicaciones al respecto en su interminable saga zombiesca. Por lo pronto, sólo acompañamos a Grimes en su lento despertar, en más de un sentido: no sólo físico sino emocional, pues se da cuenta que en este nuevo mundo en el que ha renacido, el mayor gesto de amor posible puede ser dispararle en la cabeza a la persona que más amaste.
No hay mayores novedades temáticas/argumentales: los "caminantes" -es decir, los muertos vivientes- buscan carne fresca para comer, pueden ser eliminados al descerrajarles su cabeza a disparos o batazos, y los pocos sobrevivientes humanos están escondidos, arrinconados, en algún sitio. Rick inicia la búsqueda de su mujer e hijo que, está seguro, viven sanos y salvos en algún lugar. Pero el camino no será sencillo: el espléndido top-shot final de este primer episodio, lo demuestra.
Comentarios
Quizá ignoro bastante...
Espero esta serie de t.v. valga la pena, pues desde Millenium (de Chris Carter, creador también de X-Files) no he visto una buena telesere de suspenso.
Saludos.
YobiOpen
(CarlosParra)
Pd. No deje de apoyar a los novicios.
La serie pinta para una buena adaptación y como se dice aquí centrada en los personajes vivos y su desarrollo.