El evangelio del 2018... según Naief Yehya/VI

Este año las diez mejores películas que vi fueron once.

Una cinta homenaje, ajuste de cuentas y elegía a la devoción y sacrificio que en gran medida define nuestra cultura: 

Roma, de Alfonso Cuarón

Una mirada íntima al período de la posguerra y a un mundo dividido en dos bloques antagónicos. Es una cinta de amor a través de la cortina de hierro, de sueños despedazados y autoritarismo en un tiempo en que nacía un orden mundial y moría el idealismo revolucionario: 

Guerra Fría (Zimna Wojna) de Pawel Pawlikowski

Un filme histórico que parte de un episodio real y se convierte en una exquisita y divertidísima celebración cínica, lúdica y amarga del poder femenino sin maniqueísmos ni idealización: 

The Favourite, Yorgos Lanthimos.

Un desparpajado ejercicio de horror heavy metalero, en una cinta excesiva, corrosiva y estéticamente desafiante:

Mandy, de Panos Cosmatos.

Un atrevido, nostálgico y rabioso bio pic de una de las figuras más controvertidas, perturbadoras y dolorosamente conflictivas de la historia del rock: 

Nico 1988, Susanna Nicchiarelli.

Una película de ciencia ficción y horror lúgubre basada en la primera parte de la trilogía Southern Reach, de Jeff Vandermeer, un viaje interior que refleja la aventura de Orfeo, quien se aventura al infierno para rescatar a Euridice:

Annihilation, Alex Garland

Un thriller psicológico en el que un asesino trata de redimirse y en el que percibimos el mundo a través de su psique torturada:

Nunca estarás a salvo (You Were Never Really Here), Lynn Ramsey

Una esperpéntica comedia que  funciona como una de las mejores críticas al capitalismo depredador y el orden neoliberal:

Sorry to Bother you. Boots Riley

Una tragedia sobre la fractura de la familia, de la sociedad y de la instituciones en un universo ombliguista y voraz:

Loveless (Nelyubov) Andrey Zvyagintsev

Un drama punzante sobre el rechazo a vivir en sociedad y sus consecuencias. Un veterano del ejército vive con su hija adolescente en un enorme parque ocultándose de autoridades y visitantes. Una reflexión potente sobre la imposibilidad de la libertad:

Leave No Trace, Debra Granik

Y porque simplemente me hace muy feliz que este veterano siga lanzando sus dementes y geniales ensayos cinematográficos:

Le livre d’image, Jean Luc Godard

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