Riviera Maya 2015: Conclusiones/VI y última
Finalizó el Riviera Maya 2015 con la entrega de los premios Kukulkán a las dos mejores cintas mexicanas entre las catorce en competencia de la Plataforma Mexicana -demasiadas películas en competencia, a mi parecer. El jurado, integrado por Nadav Lapid, Jorge Michel Grau, Ben Russell, Valerie Massadian y Olivier Pierre, decidió dar los premios -de 300 mil del águila a cada cinta- a Me Quedo Contigo (Narro, 2014), primer lugar, y Los Muertos (Mohar Volkow, 2014), segundo sitio.
Acaso el hecho de que en el jurado estuvieran dos cineastas que no rehuyen trabajar los géneros fílmicos -me refiero a Lapid y Grau- haya provocado una decisión de esta naturaleza, una que apuesta por un cine conectado con el público y no con el propio ombligo del cineasta o con las modas miserabilistas festivaleras de exportación.
Por desgracia, no todo podía ser perfecto: el Jurado Joven premió con 100 mil pesos, de entre las mismas 14 cintas de la Plataforma Mexicana, a La Maldad (Gil, 2015). Pero, bueno, qué remedio: por lo menos los muchachos que votaron por esta película -teniendo por lo menos otras tres cintas más meritorias si no querían volver a premiar a Me Quedo Contigo o Los Muertos- tienen la disculpa que todavía están chamacos. Y, parafraseando a Oscar Wilde, a los 20 años uno cree firmemente que lo sabe todo de todo.
Por lo demás, la cuarta emisión del Riviera Maya 2015, fue mucho mejor que la primera a la que asistí. No solo por una organización impecable -funciones, logística, atención- sino por el hecho de que las salas de cine estuvieron consistentemente llenas, por lo menos en los cuatro días en los que estuve por ahí.
Alguien dirá que esto no tiene mayor mérito porque las funciones -programadas en el Cinemex del Centro Maya- eran todas gratuitas, pero también fueron de gorra en el primer Riviera Maya del 2012 y las salas estuvieron semi-vacías en aquel momento. Es evidente, entonces, que el festival ha creado ya un público propio, creciente y entusiasta que, esperemos, haga posible que el Riviera Maya 2015 tenga una larga vida. Que así sea.
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