Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCL



Historias de miedo para contar en la oscuridad (Scary Stories to Tell in the Dark, EU, 2019), de André Ovredal. Escribí de ella, en pocas palabras, por acá.

La noche de las nerds (Booksmart, EU, 2019), de Olivia Wilde. Por acá mi crítica de la opera prima de Olivia Wilde.

Amante fiel (L'homme fidèle, Francia, 2018), de Louis Garrel. Escribí del segundo largometraje de Garrel por acá.

La caótica vida de Nada Kadic (Kaoticni Zicot Nade Kadic, México, 2018), de Marta Hernaiz Pidal. El nombre de la película lo dice todo: Nada Kadic (Aida Hoffman) es una joven madre soltera que tiene una hijita de poco más de dos años que ha sido diagnosticada como autista (Hava Dombic, verdadera hija de Aida) y que tiene que enfrentar innumerables dificultades para criar a la inquieta chamaquita, al mismo tiempo que lidia con los laberintos burocráticos bosnios.
La cinta, filmada enteramente en Bosnia y dirigida por la debutante cineasta mexicana Hernaiz Pidal -egresada de la escuela de cine de Béla Tarr-, funciona como un ejercicio neorrealista del nuevo siglo, ya que madre e hija interpretan una suerte de extensión de su propias vidas -la niña, en efecto, es autista- y de sus broncas cotidianas. Más aún: el diagnóstico de Hava -el nombre la niña, dentro y fuera del encuadre- lo supo su madre en pleno rodaje de la cinta, así que el guion tuvo que ser re-escrito e improvisado sobre la marcha. La película es estridente y repetitiva, pero por el tema y por cómo se realizó, esto era inevitable.

La ira o el seol (México, 2019), de Juan Moral Catlett. El regreso al cine del veterano Mora Catlett (Retorno a Aztlán/1991, Eréndira ikikunari/2006) es un desastre que desafía la paciencia más franciscana: estamos ante el entrelazamiento de tres relatos (un documental, dos ficciones) en los que Mora Catlett narra sus experiencias en el combate a un cáncer terminal que le diagnosticaron -y que, por supuesto no fue terminal-, al mismo tiempo que nos muestra la vida de una empleada que sueña con comer el fruto de El árbol de la vida (Malick, 2011) y un periodista que tiene pesadillas premonitorias sobre horrendos crímenes que se cometen en la Ciudad de México. La parte documental, en la que Mora Catlett entrevista a una serie de sobrevivientes del cáncer es la más interesante, aunque su propuesta de sanación -dejar la medicina oficial para optar por la alternativa y hasta por "visualizar" la curación- no deja de ser irresponsable para este servidor, tan tercamente racional. En fin, seguramente yo soy el equivocado.



Para mantener con vida este blog, puede donar en el oxxo más cercano a la cuenta 
BANAMEX 5206-9490-2888-5191 
o acá abajito, a través de paypal:


Comentarios

Entradas populares